Las obligaciones domesticas habituales se convierten en nuevas tareas de diferente índole, y nuestra lista de “cosas que hacer el finde” se transforma en un sinfín de palabras relacionas con el bricolaje o la jardinería, que acaban ocupando el cincuenta por ciento de nuestro tiempo, solo para dejar libre el otro cincuenta. Y en que ocupamos ese tiempo que nos queda? sencillo, en practicar slow-vida, en cocinar sin prisa platos deliciosos para compartir con los nuestros, en disfrutar de una larga siesta después, en dar largos paseos por ese camino que no sabemos a donde lleva, respirando despacio y disfrutando de cada bocanada, en leer un libro o contar historiar alrededor de la chimenea o de unos farolillos colgados de una rama en el jardín…. (suspiro)
Analizando las características de esta vivienda, hay varios detalles que nos llevan a clasificar esta decoración como “slow deco“.
Las múltiples texturas de la madera presentes en todas la estancias nos transportan a un destino con olor a campo, a rustico, a madera recién cortada.
La cocina y el numero de comensales para los que esta preparada nos hacen pensar en el disfrute de las comidas en familia
Con luz natural entrando en cada una de las ventanas, el desayuno se convertirá en una gran forma de comenzar el día.
Cojines y mantas que cubren los asientos y camas nos envuelven confortablemente a la hora de descansar y color neutros y naturales crean una atmósfera suave sin estridencias.
Y para terminar (o empezar, según se mire) un exterior lleno de vegetación hará las delicias de pequeños y mayores.
Fuente: Boshuis Nij Hildenberg
Cristina Sánchez es diseñadora de interiores, mamá de una niña y coautora, junto a Bego, del blog “All Your Sites“. Gracias a ella descubrimos una forma nueva de disfrutar de los espacios que habitamos a través del Slow Deco.
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