En la estética de estas casas no faltan los detalles de calidad, como las buenas carpinterías, las vigas expuestas, el hierro, chimeneas a menudo realizadas con materiales naturales como la piedra. Se caracterizan también por transmitir interiores sencillos y acogedores, con mobiliario que hace referencia también a elementos provenientes de la naturaleza como la madera, el cuero, el mármol,… En definitiva son casas que tienen esa filosofía que tanto me gusta encontrar cuando os enseño una vivienda, tengan o no este estilo.
Esta casa de campo es todo un capricho, un tres en uno. Tiene una vivienda principal de 185 metros cuadrados, con cuatro dormitorios y dos baños; casa de invitados con todo lo necesario para estar independiente (cocina, salón-comedor, baño y dormitorio) y por último, un cobertizo en el jardín que han convertido en despacho o zona de estudio. La vivienda se encuentra en un barrio de Los Ángeles donde sólo se ven casas tipo “Craftsman” o “Farmhouse”. Shanty Wijaya de Allprace Properties fue la encargada de dar forma a este proyecto, podéis ver el antes aquí, el cambio es radical.
Empezaron la transformación poniendo los suelos de madera, se colocaron en algunas zonas paneles laminados en las paredes y en otras papel pintado de Farrow & Ball. Para dar acento y contraste, algunos elementos como las estanterías del salón o los muebles de cocina se pintaron en un tono azul intenso que se repite en otras zonas de la casa como en los hidráulicos del baño, en alguna mesilla de noche e incluso en las cortinas de la casa de invitados.
La cocina, a pesar de estar pintada con este azul tan intenso, no se ve nada pesada gracias que se ha compensado con una encimera y la trasera en mármol blanco que lo hace todo más ligero. También ha sido un acierto haber prescindido de muebles altos y sustituirlos por ligeras baldas.
A su lado tenemos una de las zonas que más me gusta, el comedor. Las mesas redondas siempre han sido mí debilidad, ya que permiten que la conversación fluya mejor entre los comensales y ésta, íntegramente de madera (sillas incluidas) con unas bonitas vistas al exterior y el papel pintado que rodea la ventana, no puede parecerme más acogedor.
Otra habitación de la que me he enamorado es el dormitorio con salida directa al jardín que lleva un papel pintado geométrico, ¡qué pena no saber de dónde es esa maravillosa cama! y las mesillas azules que también me encantan. A su vera, el precioso baño con hidráulicos azules inundado de luz gracias a una claraboya sobre la bañera.
El jardín también es súper acogedor con varias zonas para estar, comer, o simplemente leer. Desde allí se puede ver la casita de invitados y el cobertizo. La casa de invitados realmente es un “todo en uno”, el único espacio cerrado es el baño, lo demás comparte espacio, cosa que es lógica cuando vas de visita a cualquier sitio, realmente necesitas poco para sentirte como en casa, el mero hecho de viajar y salir a disfrutar, ya nos hace felices.
Es curioso el tema del cobertizo, un lugar que han destinado como estudio y zona para practicar yoga. No sé si es que en los 185 metros de la casa no encontraron un lugar para poner un despacho, o no prefieren practicar ejercicio en el jardín más aún viviendo en California con la buena temperatura que hay :-) Curiosamente hay gente para todo.
Casa de Invitados
Cobertizo
Fotografía: Jessica Alexander
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