Esta es una vivienda que aunque en realidad no se parece en nada, me recuerda mucho a la casa de mis abuelos en la que he pasado la mayoría de los veranos de mi infancia, y es esa extraña esencia la que hace que ambas casas tengan cosas en común, detalles como la madera desgastada en las escaleras que no hace si no recordar tantas subidas y bajadas.
La cocina sin armarios con puertas tiene ese toque “tan de pueblo” con la leña vista y los detalles que salpican la encimera de hormigón. Cestos, botellas y diversos objetos necesarios se disponen en los huecos creados de obra para su uso, combinando con elementos más modernos como frigorífico o cafetera acabados en acero inox.
Vasijas y toda clase de elementos de menaje de diferentes colores y juegos de los cuales ninguno esta completo, adornan la alacena que ya de por sí tiene suficiente protagonismo.
Libros y revistas acumuladas en algún rincón… en esta ocasión ordenadas por colores de una forma muy peculiar.
El dormitorio compartido con toda la ropa de cama en el más natural algodón blanco, sencillo y perfecto.
Fuente: Vtwonen
Cristina Sánchez es diseñadora de interiores, mamá de una niña y coautora, junto a Bego, del blog “All Your Sites“. Gracias a ella descubrimos una forma nueva de disfrutar de los espacios que habitamos a través del Slow Deco.
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