1. Levantarte por la mañana o llegar de trabajar y ver todo en perfecto orden. Solo esa sensación va a conseguir que estemos mucho más contentos en casa y no nos agobiemos. La regla de los cinco minutos, nos va a poner las cosas mucho más fáciles.
Antes de acostarnos o de irnos de casa a trabajar, dedicad 5 minutos a ordenar los cojines, doblar las mantas, hacer la cama o meter las tazas del desayuno en el lavavajillas. ¡Pequeños gestos que lo cambian todo!
2. Las flores frescas tiene un gran poder sobre la decoración y sobre nuestro estado de animo. Un pequeño ramo en la mesa del comedor o algunas aromáticas en la cocina van a ayudarnos a ver todo mucho más bonito.
3. Los aromas son un potente instrumento para crear sensaciones, recuerdos... Por ejemplo, el simple hecho de prepara café o hornear galletas puede hacer nuestra casa mucho más acogedora. Sobre los aromas, cada persona tiene un gusto completamente diferente, pero prueba con velas, mikados, difusores de aceites esenciales o incienso.
4. Hacer la cama todas las mañana antes de salir de casa, no sol favorece el orden, sino que la sensación de acostarnos en una cama bien hecha y estirada es insuperable. Podéis rociar un poco de esencia relajante, como la lavanda, sobre la almohada para un sueño más placentero.
5. Cerramos las rutinas que nos ayudan a estar mejor en casa, con la más básica de todas. Ventilar la casa a primera hora de la mañana, al menos 5 minutos. Aunque haga mucho frío, debemos abrir para evitar problemas como la humedad, los malos olores o la falta de oxigeno. Solo con este gesto, ya veréis como cambia toda la energía de casa.