Antes de empezar a sacar cosas del armario, ten en cuenta lo siguiente:
1. Mejor de buen humor: antes o después tendrás que hacer el cambio de armario, así que mejor tomárselo con calma. No te agobies ni lo hagas de mala gana. Busca un día en el que no tengas otros planes y puedas dedicarle el tiempo necesario. Si lo haces bien, cada año te costará menos.
2. Delega: como siempre digo, aunque seas tú la que está leyendo este post, cada miembro de la familia debe hacer su cambio de armario. Los peques pueden ayudar a doblar ropa, o apuntar prendas que les falten porque se hayan quedado pequeñas del año pasado a este... podéis tomarlo como un juego.
3. Dedícale tiempo: el éxito de tu cambio de armario está directamente relacionado con el tiempo que le dediques. Yo voy a darte varias ideas que van de menos a más. Si haces solo dos, tendrás un cambio de armario básico, si las haces todas, ¡tendrás el mejor cambio de armario de tu vida!
Y sobretodo, piensa que esta actividad puede servirte para desconectar de la rutina. Puedes enfrentarte a ello como algo engorroso o divertirte haciéndolo mientras bailas tus canciones favoritas, o hacerlo en silencio a modo de terapia de relajación. Tú eliges ;)
¿Lista? Vamos con los 7 consejos:
1. Vacía el armario: no te dejes ¡ni los calcetines! Sácalo todo y colócalo medianamente ordenado sobre la cama, por ejemplo. Ya que hay que hacerlo, hagámoslo bien. El desorden produce muchísimo estrés sin que te des cuenta. Si además tienes que interrumpir el proceso durante un rato, tenerlo todo hecho una bola en el suelo te agobiará mucho más. Puedes evitarlo de forma muy sencilla colocando la ropa según la vas sacando.
2. Clasifica la ropa: antes de guardar la ropa de invierno, haz un repaso a cada prenda. Primero, revisa el uso que le has dado. Quizá sea el momento de despedirse de algunas piezas. (Aquí tienes un post con ideas para simplificar tu armario). Con el calor de estos días no te costará mucho tomar la decisión. Lo de tirar/vender/regalar ve colocándolo en bolsas. El resto pasa a la segunda fase: si está limpio, se dobla y se guarda. Si no, se echa a lavar.
*recuerda:
- mejor cajas o bolsas de tela, que bolsas de plástico, que no dejan a la ropa respirar
- mete antipolillas en las bolsas o cajas que utilices para guardar la ropa,
- si se arruga mucho, trata de almacenar en percha con fundas,
2. Prepara el armario: mientras hacías esta clasificación con tus prendas de invierno, el armario se ha estado ventilando. Ahora es el momento de ponerlo a punto. Hazle una limpieza a fondo, coloca bolsitas de olor para armarios en baldas, cajones y barra y, si te animas, también puedes forrar alguna balda o el fondo del armario para darle un aire nuevo.
3. Saca la ropa de primavera-verano: ¡ahora si! Ya puedes sacar tu ropita veraniega. Ve revisando cada prenda repitiendo el proceso que has hecho con la de la otra temporada. Quizá ha cambiado tu estilo en los últimos años o has cambiado de talla. Si no te lo pusiste el año anterior, ¡sácalo de tu vida!
4. Coloca con criterio: busca un sistema que te ayude a localizar tus prendas y crear looks infinitos con facilidad. Puedes organizar la ropa por colores, por estilos (oficina, informal...) por looks, por tipo de prenda... siempre teniendo en cuenta tus necesidades diarias.
5. Fotografía tus prendas: este punto es de nota. Si te encuentras con ánimo y ganas, aprovecha para fotografiar cada una de tus prendas y súbelas a una app para crear looks. No imaginas la de tiempo que puede ahorrarte a la hora de vestirte cada mañana. Además, te asegurarás utilizar todas tus prendas.
6. Complementos a la vista: los complementos son quizá el elemento que más juego puede darte a la hora de crear looks diferentes con prendas básicas. Colócalos de tal manera que puedas verlos todos. Utiliza bandejas con compartimentos para cinturones, collares, pendientes, pañuelos... y baldas para bolsos. Evita poner unas cosas encima o delante de las otras, para no perderlas de vista.
7. Elabora una lista de compras: seguro que te ha costado desprenderte de alguna pieza especial o has detectado carencias en tu armario. Este es el momento ideal para anotar todas esas prendas que quieres comprar. ¡Pero no compres aún! Analiza bien el uso que le vas a dar y deja un par de días al menos antes de hacerte con ellas. La mayoría de las compras resultan ser innecesarias si pasamos ese período de impulso.
Para facilitarte la tarea, he creado este documento para que tengas todos los pasos a mano y un pequeño esquema para definir tu estilo y anotar tu lista de compras. Genial, ¿no? Pincha aquí para descargarlo gratis.
Si has logrado llegar hasta aquí, te doy mi más sincera enhorabuena, te acabas de convertir en una profesional del cambio de armario. Si te has dejado puntos pendientes, no te preocupes, lo más importante es el "antes del empezar". Solo con eso, ¡habrás ganado un punto de cara a la próxima temporada!
¿Cómo haces tú el cambio de armario? ¿lo adoras o te estresa?
Si crees que este artículo puede ayudar a otras personas, ¡¡no dudes en compartirlo!!
¡Un abrazo grande!