Improvisar un centro para nuestras mesas de Navidad no tiene porqué ser
costoso ni complicado y a cambio convertiremos nuestras celebraciones en
algo más especial.
Dedicar un momento a mejorar la presentación de una mesa potencia la
calidad del encuentro: no sólo la comida es importante, también debemos
cuidar esos pequeños detalles decorativos que hacen más acogedoras
nuestras casas durante estas fechas.
Este año he realizado un pequeño centro en tonos plata y negro para el que
utilicé los materiales que veis en la fotografía precedente: una bandeja alargada
de color plata, ramas, un adorno para final de árbol en cristal mercurizado,
material del que también está hecho el pequeño florero, unas bolas de cristal
plateado que en realidad son tapones de la colonia Ô de Rochas, un viejo molde
de tartaleta con una vela de té y un arbolito que he fabricado con base cónica
de porexpan y cordones de espumillón sobre alambre de color negro.
Hacer el árbolito es muy fácil: como el espumillón tiene un centro de alambre
tan sólo tendremos que pinchar un poco sobre la superficie del corcho blanco y
queda fijo, aunque si en algunos tramos encontramos problemas podemos
ayudarnos con alfileres que doblaremos previamente con un alicate.
Comenzaremos pinchando un extremo del primer cordón de espumillón en el
vértice superior del cono e iremos enrollando, pinchando nuevamente el otro
extremo cuando se nos acabe. Seguiremos trabajando del mismo modo con el
siguiente cordón hasta que nuestro arbolito esté totalmente cubierto.
Para montar el centro dispuse una cama de hojas sueltas sobre la bandeja,
puse el arbolito y el adorno de árbol en la parte izquierda, dejando el
florero a la derecha.
Coloqué estratégicamente algunas ramas secas de eucalipto gunnii (ya
sabéis el de las hojitas redondas dispuestas horizontalmente) y otras de
olivo que siempre suelo tener en casa.
Encima coloqué las bolas y la vela.
Listo para ocupar el centro sobre un camino de mesa.
El calendario de Adviento de origami para sobremesa que hice este año (aquí),
a falta de dos chocolatinas, ya pude colgarlo en la ventana como adorno navideño.
Sobre unos bajoplatos negros, vajilla de acero inoxidable, servilleta negra
cruzada sobre el plato y cubiertos antiguos de plata encima.
Una cristalería sencilla y no necesitamos mucho más: el ambiente
navideño está servido.
¡Os deseo una feliz cena de Nochebuena!
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