
Por todo ello, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de escoger la almohada? La respuesta se puede resumir en cuatro aspectos clave:
1 El material. El tipo de material influirá en varias cuestiones, empezando por las posibles alergias y terminando por la anatomía de la persona que descansa sobre la almohada. De este modo, podemos definir las características de algunos materiales:
- La fibra sintética ofrece una buena aireación y es más fresca.
- Las almohadas de visco-elástica se adaptan mejor a la anatomía.
- Por otro lado, podemos elegir productos naturales, como el algodón, la lana, la pluma... En este sentido, podemos encontrar modelos de diferentes alturas y consistencias.
2 La forma de dormir es básica a la hora de elegir la almohada. Lo correcto sería que el cuello y la cabeza estuvieran bien alineados. Teniendo en cuenta esto:
- Si dormimos boca abajo, es mejor emplear una almohada fina y blanda.
- Si dormimos boca arriba, será recomendable un modelo más firme y de mayor grosor.
- Si dormimos de lado, deberemos escoger una almohada firme, cuyo grosor esté definido por la distancia que hay desde el hombro a la cara.

3 Si dormimos solos o acompañados. Lo mejor es tener dos almohadas separadas, para poder escoger la altura y la firmeza que nos proporcione un mejor descanso.
4 Los ronquidos. En muchas ocasiones, el hecho de roncar se debe a la postura que cogemos al dormir, que puede ser corregida con una almohada. Así, la peor posición para roncar es boca arriba, por lo que podemos optar por escoger una almohada que nos invite a dormir en posición fetal.
Aquí podéis encontrar más consejos para tu hogar...