No es ninguna novedad que un buen descanso está directamente relacionado con la elección de una buena almohada y de un colchón de calidad. Pasamos durmiendo un porcentaje del día lo suficientemente importante como para prestar atención a las cualidades de ambos accesorios textiles, ¿no crees? Si te consideras de ese grupo de escépticos a los que todavía les cuesta invertir tiempo y esfuerzo económico en este tema, ¡ya va siendo hora de que cambies el chip! Además, te adelantamos una buena noticia: no va a suponer tanto dinero como crees. ¡Hoy en día dormir bien sin que ello nos produzca el temido agujero en la mano es posible!
Colchón: desterrando mitos
Antiguamente se creía (y con razón) que adquirir un colchón de calidad era algo que pocos podían permitirse. Hoy en día, con el aumento de la demanda, hay ofertas muy apetecibles, además de tipos de financiación adaptados a todos los bolsillos. Además, el precio de los mismos se ha reducido considerablemente como consecuencia lógica de esto. Ahora bien, si no tienes ni idea de colchones, te aconsejamos que te informes bien antes de invertir en uno. La decisión final hará que estés contento y cómodo durante años o que te arrepientas poderosamente por no haber invertido el tiempo suficiente en ver, comparar, leer...¿Cada cuánto deberías cambiar el colchón que utilizas a diario? Los materiales que hoy en día se utilizan para elaborar colchones te darán una pista sobre el tiempo estimado de duración de los mismos. Por lo general, los más comprados son los hechos con muelles y múltiples capas de confort, bien de látex, bien de espumas viscoelásticas o termosensibles.
Lo suyo es cambiarlo cada 10 años, pero la mayoría de los españoles prefiere postergar esta compra unos cuantos años más. ¿Es un error? Los expertos dicen que la detección del deterioro irreversible de un colchón resulta algo sutil y que sería necesario hacer una comparación directa con uno nuevo. No obstante, hay algunos signos de 'alarma' de que debes plantearte ya. ¿Cuáles son?
Principales señales de que a tu colchón le ha llegado su hora
- Si pasas una media de 14.500 minutos al mes sobre él, es un dato evidente que indica el constante e intenso uso que se le da, ¿no crees?- Los cambios metabólicos hacen que el colchón que 'te venía como anillo al dedo' hoy sea uno diferente, que no te encaja igual de bien.
- Necesitas renovarlo, probablemente, si te levantas especialmente cansado y no sabes por qué.
- Tu colchón ya tiene más de 8-10 años... Lo tienes fácil, ¡es hora de sustituirlo!
- Si notas que el colchón tiene hendiduras palpables y está deformado, es un gran aviso.
- ¿Has experimentado grandes cambios físicos? Estar embarazada, coger mucho peso o haber pasado por una reciente operación... son circunstancias que deberías tener en cuenta.
- ¿Tienes hijos y se han hecho mayores? Su equipo de descanso debe cambiarse.
- En las mudanzas, si vas a adquirir muebles nuevos en una tienda, verás que es frecuente que el colchón sea un regalo de la tienda como deferencia por vuestra inversión. Bien, asegúrate de la calidad de ese colchón. Puede jugarte una mala pasada.
- ¿Y qué pasa con el somier? Sí, debes vigilarlo también. A veces es necesario cambiar los dos, puesto que con una parte del equipo no es suficiente para un descanso de calidad.
- Cuídalo con trucos caseros de mantenimiento diario. El agua oxigenada y el bicarbonato de sodio empapados en un trapo húmedo pueden ayudarte poderosamente a la eliminación de, por ejemplo, los temidos ácaros.
¿Y mi almohada? ¿Cómo sé que tengo que cambiarla?
Con las almohadas ocurre algo parecido que con los colchones, pero podemos decir que es más 'urgente' su cambio. ¿Por qué? Evidentemente, en ella nos posamos directamente a la hora de dormir, pero también estamos en contacto directo debido a sus dimensiones y al rol que esta desempeña en nuestro descanso diario. Por otro lado, el hecho de que la utilicemos en momentos que no son únicamente para dormir (como es apoyarse para recostarse durante el día o ver la tele) pueden incrementar poderosamente su uso y, en consecuencia, su deterioro.Si lo piensas bien, es en la almohada donde parece que nos cuesta más invertir dinero. ¿Por qué? Precisamente, como sabemos que hay que cambiarla con mayor frecuencia, preferimos hacer caso de ofertas de almohadas sintéticas y baratas, pero funcionales y estéticas. ¿Qué ocurre con esta decisión? Lo has adivinado... lo sintético sale más caro a la larga. Aún así, queremos darte señales obvias de que debes sustituir sí o sí tu almohada:
- Cuando pierda elasticidad y tu cabeza se 'hunda' demasiado. Además, es probable que te levantes con dolor de cabeza en consecuencia.
- Cámbiala una vez al año si sueles utilizar muchos aceites corporales o capilares. La propagación de ácaros y bacterias así como el mal uso causarán estragos en ella.
- Si adviertes que cambia notablemente su forma y presenta hendiduras extrañas.
- Un truco fiable es doblarla por la mitad. Si se mantiene doblada por mucho tiempo, es señal de que hay que cambiarla.
- Si presentas irritaciones o alergias cuyo origen desconoces, es probable que tu almohada (muy usada) tenga algo que ver.
Como ves, son algunas las pautas que puedes tomar en cuenta para cambiar o no tu almohada o colchón. ¡Completa tu información, como siempre, en el blog de Vivienda Saludable!