1. Equilibra formas, colores y texturas
No significa que tengas que comprar toda la decoración de tu casa en conjunto. No, la mezcla es el secreto, pero con equilibrio. Un buen truco es que tomes como base un solo color y que luego incorpores pinceladas de contraste. Si no sabes cómo conseguirlo, haz pruebas hasta que veas que los complementos encajan. Al principio limita los objetos decorativos y con el tiempo irás añadiendo los que de verdad te gusten. Mezcla con cabeza y recuerda siempre que menos es más.
2. Almacena en armarios
Utiliza el mobiliario con puertas para el almacenamiento de elementos no decorativos. ¿Quieres lucir la vajilla? Está bien, puedes componer una bonita estantería con las mejores piezas expuestas, pero planifica el espacio de armario para que te quepa el resto. Cuantas más cosas puedas guardar en armarios, mayor orden en la vivienda.
3. Los marcos de fotos, similares y agrupados
Esto contraviene todas las normas decorativas de todos nuestros padres, ahora abuelos. Ellos siempre tienen marcos de fotos desperdigados por la casa, no hay mueble o superficie que se libre de acogerlos. De plata, de madera, de vidrio, ¡incluso de plástico! Pero cuánto mejor es crear un rincón para exponer todas las fotos familiares, y si es una exposición mural, mejor. Las encimeras las necesitaremos para muchas cosas, así que reservemos una de las paredes para las fotos y vayamos creando nuestra pequeña galería.
4. Elimina los adornos pequeños
Vale, puede ser difícil. Resulta que eres de esas personas a las que les cuesta tirar algo. Sí, la figura de novios de tu mejor amiga es espantosa, pero es un regalo personal y tiene valor sentimental para ti. Haz una cosa, prueba a agrupar este tipo de adornos de poco valor estético pero mucho valor sentimental en una estantería. Pero nada de una balda para todos los objetos. Utiliza la estantería para almacenar y ordenar cosas de mayor volumen. Utiliza cajas, archivos y libros para crear el fondo del conjunto, y después distribuye los adornos aquí y allá.
5. Respeta el espacio negativo
No tengas miedo al vacío, más bien al contrario. Disfrútalo y aprovéchalo. Esas paredes que quedan limpias, las esquinas que no se utilizan, espacios muertos en el salón, aportan mucho ambiente. No te dejes llevar por la necesidad inicial de llenarlo todo.
6. Equilibra el uso de plantas con las dimensiones del espacio
No significa que no puedas tener tu rincón de plantas, pero no te excedas. Si quieres montar tu pequeña selva, reduce entonces la cantidad de complementos a su alrededor. Agrúpalas y mantén las hojas a raya. Recuerda, lo más importante en el espacio somos los ocupantes, así que cualquier cosa que nos impida estar cómodos, sobra.
7. Reduce tu vestuario
Al final, ¿cuántas cosas te pones de verdad? ¿cuántas de esas camisas del armario utilizas? Seguro que guardas ropa que ni te cabe, por si algún día… Con el tiempo descubrirás que es mucho más cómodo limitarse a tener cosas que se utilizan de verdad y olvidarse de acumular caprichos. (Creo que esto merece un capítulo especial que deberemos dedicar a los armarios.)
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