Días atrás te mostraba como este año he reciclado mis viejas bolas de Navidad para dar un toque rústico o natural a mi decoración navideña. Siguiendo ese mismo concepto, voy a presentar las uvas de la suerte tras la cena de fin de año.
Para ello he escogido uno de los materiales protagonistas en mi árbol, el cordel. Me encanta el giro que le he dado a mi decoración este año, nada que ver con el del año pasado que era blanco y plata.
La idea de presentar las uvas de la suerte pinchadas a modo de brocheta no es nada nuevo, pero al estar las uvas ensartadas en un pincho de madera me aporta la imagen natural que estoy buscando este año. Simple pero cuidada.
Esta vez he decidido decorar el vaso de tubo con un poco de cuerda (la misma que utilicé en las bolas) y una campanita dorada que simboliza las campanadas de fin de año.
Si no quieres complicarte la vida, puedes encontrar fácilmente todos los elementos en cualquier bazar. Menos las uvas claro!!! yo suelo utilizar las de tamaño mediano, no me gustan las pequeñitas porque pierde la gracia…hay que añadir un poco de dificultad al tema para que se cumplan los deseos para el próximo año jajaja.
Vamos al lío…
Bueno de lío nada, esto va a ser rápido y sencillo como te he dicho antes, vas a tardar más en contar y pasar las uvas por el pincho que en decorar el vaso. Las imágenes hablan por si mismas:
El origen de esta tradición está un poco confuso, parece que arranca en 1882 cuando la clase burguesa solía beber champán y comer uvas durante la cena de Noche vieja. Un grupo de Madrileños decide ironizar esta forma de actuar de los burgueses acudiendo a la Plaza del Sol…sigue leyendo
Sea cual sea el origen, es una tradición que me encanta porque siempre empiezo el año partiendome de risa, aunque sólo sea por ver la cara de dificultad de los demás intentando no atraganterse con la boca llena de uvas.
Espero que tu no te atragantes y te deseo un muy ¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!