Lo que sí es cierto es que los colores pueden lograr que se desencadene una serie de sensaciones y estados de ánimo. Gracias a esto, podremos lograr, con una combinación adecuada de colores, crear los ambientes más variados. Una sabia aplicación de los distintos matices cromáticos puede incluso destacar o disimular las partes u objetos de la casa que deseemos.
Clasificaciones de colores
Según la clasificación de colores de acuerdo con las ondas electromagnéticas emitidas, éstos se dividen en dos grandes grupos: colores cálidos o fríos. A los colores cálidos pertenecen aquellos capaces de estimular, energizar, favorecer la actividad física y mental, y también se les atribuye la capacidad de penetrar más profundamente en los tejidos del cuerpo humano. Sin embargo los fríos son los que el cuerpo absorbe más superficialmente, son relajantes y estimulan el sueño.
La clasificación cromática que se puede realizar a partir de los valores sociales de la cultura occidental, atribuye a cada color varias cualidades o significados. A través de estos significados, se genera todo un lenguaje con el que expresar cientos de ideas, sensaciones, emociones. El rojo, sin ir más lejos, en nuestra cultura significa ira, alarma, fuego, sangre y peligro (señales de tráfico). Debe utilizarse con mucha prudencia debido a la sobreexcitación que puede causar.
El verde es el color de la naturaleza y tiene una gran virtud: dependiendo de las tonalidades con las que se combine, puede resultar cálido o frío. El blanco es el color de la pureza para nosotros y, sin embargo, en Japón es el color de luto. El amarillo es sol, luminosidad, vitalidad... todo lo relacionado con la vida, mientras que el azul es el color de la paz.
Colores de temporada
Para la presente temporada parece que los triunfadores serán todos los colores atrevidos. Triunfo seguro es la utilización del rojo y toda su gama. Los fucsias y naranjas se filtrarán por las paredes de nuestra casa para llenarla de vida y pasión. Las colecciones de moda europeas se han visto también afectadas por este torrente cromático.
El fucsia logra protegernos de personas molestas por su conducta y potencia nuestra creatividad. El naranja, por ejemplo, pertenece al grupo de los colores secundarios (se obtiene de la mezcla del amarillo y el rojo). Los beneficios que se le otorgan a este color son energía, optimismo, equilibrio y seguridad. Es el color de la comunicación, ya que fomenta la sociabilidad.
Ambos colores están cargados de energía y personalidad. Realmente hay que estar muy decidido para combinarlos pero, si se consigue hacerlo con efectividad, se pueden llegar a crear ambientes que realmente favorezcan la conversación. Hay algunos expertos que piensan que tampoco es recomendable abusar de la utilización de estos colores.
El problema reside en que, al ser dos colores que realmente no se complementan, cuando pase de moda su utilización, el haberlos empleado requiere un cambio en la decoración de la estancia. Recurrir a ellos debe hacerse con cuidado. Antes de utilizarlos es conveniente reparar en algunos aspectos.
La intensidad de la luz de ambos colores es bastante similar: lo más recomendable es experimentar en una hoja en blanco las combinaciones de ambos colores. También se puede intentar la coordinación sobre un objeto pequeño. Si no te convence, puedes recurrir al naranja-pistacho o al fucsia-malva.