En la provincia de A Coruña y en plena comarca del Eume se encuentra la Casa do Castelo de Andrade. Situada a tan solo 7 kms. de Pontedeume esta casa uenta con 60.000 m2 en los que es posible disfrutar de los placeres y de la tranquilidad del campo.
Restaurada por sus actuales propietarios, la casa que tiene al menos 300 años en su parte más antigua, dispone de diez habitaciones repartidas entre el edificio central y el antiguo pajar. Cuenta en sus instalaciones con comedor, sala de estar, cocina, aseo para uso común y una extraordinaria biblioteca con chimenea. Un lugar ideal para pasar unas vacaciones tranquilas en las que cabe la posibilidad por sus distancias de hacer múltiples excursiones a Coruña, Ferrol, Pontedeume así como de realizar diversas actividades en un entorno privilegiado para todos los sentidos.
Nogueirosa es la parroquia donde se asienta esta impresionante construcción de piedra con estructura de casa de labranza gallega. Resulta espectacular ver el efecto de su restauración en año y medio, ya que cuando Alberto la compró solo conservaba en buen estado los muros. La finca en la que se sitúa la “Casa do Castelo de Andrade” se compone de tres edificios rodeados de árboles, la Chousa do Conde que cuenta con el Castillo de Andrade como vecino más próximo. Es la casa de Andrade uno de los pocos lugares desde los que es posible contemplarlo en todo su esplendor como si de la Edad Media se tratase.
La edificación comparte en el exterior protagonismo con la profusa vegetación de la finca llena de hortensias y compuesta por innumerables árboles de diferentes especies. Estando cerca de las Fraguas del Eume la finca es una antesala de tanta belleza. Desde el salón una amplia cristalera nos permite disfrutar a la perfección.
Los gruesos muros de la “Casa do Castelo de Andrade” combinan la piedra tradicional con la forja negra de los balcones y el color azul celeste ha sido el elegido para cubrir las ventanas y las puertas restauradas en madera. La enredadera que trepa de manera profusa por algunas paredes hace del conjunto algo mágico para contemplar.
El salón es una de las zonas comunes de la casa. Se han empleado para su decoración preferentemente los tonos claros. La luz indirecta llega a la sala gracias a la chimenea cuando está encendida y a unos suaves apliques laterales que se ha usado en otras estancias de la casa. El color crudo y la madera predominan en este lugar.
Una de las habitaciones más interesantes, por lo rústico de su mobiliario, es la zona que Alberto y Eugenia han dedicado a la biblioteca. Las originales estanterías hechas en vigas de madera se han mezclado a la perfección con objetos antiguos, como esa plancha de hierro que han colocado sobre las baldas. Una interesante forma de leer en medio de la paz del campo.
Y también para amantes de la lectura es este pequeño rincón que en la “Casa do Castelo de Andrade” han situado junto al fuego. Dos butacas de color beige forman un perfecto juego con el resto del conjunto compuesto por una discreta alfombra de chenilla y dos mantas en color beige. Los atriles y una lamparita de pie nos invitan a pasar una tarde junto a la chimenea.
El espectacular ventanal al campo es uno de los protagonistas de esta sala común situada en la parte de abajo de la casa. Como el resto de las estancias de esta construcción mantiene su estructura de techo con vigas de madera. Incrustadas en las paredes se han conservado las pequeñas ventanas de las construcciones gallegas más tradicionales.
Crudo y azul celeste, como en los marcos de puertas y ventanas, son los colores que predominan en la cocina de esta casa de turismos rural. En ella, el olor de los ricos desayunos caseros se mezcla con el pan y con el color crudo de la vajilla de diseño rústico, así como el resto de los muebles y tejidos que conforman el armonioso conjunto de la cocina.
Las diez habitaciones con las que cuenta la “Casa do Castelo de Andrade” se llaman como las estaciones del año y como los diferentes elementos de la naturaleza. Este es el caso de “Aire”, en el que nos parece flotar cuando sentimos la calidez del blanco de los elementos que llenan este cuarto en el que no falta una bonita silla en la que descalzarse tras un largo paseo.
“Invierno” es el nombre de esta bonita habitación con las paredes pintadas en azul. En uno de los laterales los muros abiertos dejan ver el pequeño aparte dedicado al lavamanos, las paredes también en azul estucado dan cobijo a un lavabo de madera en color cereza a juego con la madera del suelo y con el bonito armario de la habitación.
Y si hay algo que caracteriza a las distintas estancias de la casa es el gusto de sus dueños por las antigüedades y los muebles restaurados, acorde con el resto de los rincones de la casa. Los muebles en madera de esta habitación denominada “Fuego”, por lo rojizo de sus paredes, son un buen ejemplo de este saber hacer a la hora de combinar mobiliario.
Con balcones al exterior recibe la habitación llamada “Verano” a los/as huéspedes que se alojan en la “Casa do Castelo de Andrade”. Los tonos naranjas de la pared se han combinado con una bonita colcha de flores y cojines color caldero en la cama de 1,50 x 2 m., como todas las camas del edificio, que unidas a los baños y duchas de hidromasaje hacen de esta casa de turismo rural un lugar ideal para pasar unos días de descanso.