1. Pon orden
Haz las camas, ventila las habitaciones, guarda la ropa usada, pon una lavadora, friega la cocina y recoge los platos. Una vez que tu casa esté ordenada, siéntate y disfruta. Si no haces lo que debes lo primero de todo, te quedará durante todo el día la sensación de una tarea pendiente.
2. Vístete
No pases todo el día en pijama. Vístete considerando que con ese aspecto puedas abrir la puerta a alguien. Es decir, que no hace falta que te pongas tacones, pero que tu aspecto sea bueno, que estés “presentable” y que te favorezca (esto debería aplicármelo a mí misma).
3. Cocina
Lo que sea; no hace falta que sepas cocinar (yo no sé). Prepara los ingredientes, limpia las verduras, pon las patatas en remojo, pica los ajos, déjalo todo listo para cocinarlo en un momento. Incluso, saca los utensilios y cazos que vayas a utilizar.
4. Lee
Coge tus revistas, tus libros pendientes, el dossier del trabajo, el periódico, incluso un libro de fotografías. Lo que a ti te guste leer. Probablemente la columna de lecturas pendientes no reducirá, pero algo de todo ello conseguirás hojear.
5. Pinta
No importa si lo haces bien o mal, si copias, utilizar lápiz, óleos o carboncillo. No importa si es sobre lienzo o sobre un papel. Pero dedica un rato a realizar un trabajo creativo, y pintar, combinar colores e intentar dar forma a los sueños es una actividad muy gratificante.
6. Juega
Si tienes niños, juega un rato con ellos. Sacad todos los muñecos y montad el pequeño pueblo de juguete, o jugad a las cocinitas, a los coches, a los bloques de construcción. Es la mejor manera de conseguir que ellos jueguen. Por mucho que nos hagamos mayores, jugar siempre es divertido.
7. Tómate un aperitivo
Prepara el martini, las aceitunas, las patatas fritas o unos boquerones. Una mesita y una buena conversación. Con tu marido, tu compañero de piso, tu hermana o tus padres. Es uno de los mejores momentos del día.
8. Pon la mesa
Pon una mesa preciosa, con lo que quieras, la vajilla de diario, platos de papel o el mantel de los domingos. Sea como sea, ponla bonita, organiza la comida y dispón todo para que todos coman alrededor. Lo mejor (y algo que en mi casa nunca se aplica), es ponerlo todo para que nadie tenga que levantarse.
9. Túmbate un rato
Lo único imprescindible es una manta. Echa una siesta o simplemente descansa, puedes hacerlo mientras miras la tele o en silencio, en el dormitorio o en el salón. Es el momento de reponer fuerzas, pero sólo un rato, ¡no se te ocurra perrear todo el día!
10. Invita
Si disfrutas de tu casa, entonces disfrutas el doble cuando invitas a alguien. Abre las puertas de tu casa a personas con las que te gusta estar, y haz todo lo que hemos dicho hasta ahora, pero en compañía.
Fotos: Ebom
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