Hace tiempo que andaba dándole vueltas al hecho de editar esta viejo post ya que fue mi primera experiencia con el chalk paint, pintura de la que ahora no me separo gracias a sus increíbles resultados y ese acabado empolvado tan característico y que me encanta de este tipo de técnica.
Como muchos me habéis preguntado de qué forma uso yo esta pintura al final me he decidido a reeditar esta entrada, en la que os cuento como le di una nueva vida a estas alacenas con un presupuesto mínimo.
No sé porque siempre he tenido una especial manía persecutoria hacia esas típicas alacenas más o menos baratitas, hechas en pino macizo y de ese clásico color miel que por aquí se colocaban mucho en las casas de veraneo con la principal intención de no rascarnos mucho el bolsillo y de crear una especie de cutre aire rústico, que, lo único que consigue es que si entras en una de esas casas te den ganas de salir corriendo -o por lo menos a mí-, sobre todo cuando vas a pasar un fin de semana en el campo, para lo cual has reservado una habitación en un hotel rural y te encuentras con una estancia amueblada con estos típicos muebles de pino.
Horror y error decorativo donde los haya, y en esto no admito discusión, pero tranquilos, no todo está perdido, para muestra un botón.
Debido a la falta de tiempo cuando se han transformado estas dos alacenas, me salté el paso de lijar, para evitar este paso hice una chalk paint casera.
Como en todo, con el uso y la experiencia se va mejorando la técnica y hoy en día os voy a contar que es lo que hago.
Habitualmente uso una base blanca mate al agua y luego combinando tintes busco el color deseado. A veces, algunos colores se me resisten como me ha pasado hace poco con un encargo en amarillo canario potente y entonces opto por comprar el color hecho.
Una vez tengo el color creo la mezcla para la chalk paint, lo hago un poco a ojo pero para que os hagáis una idea la mezcla tiene que quedar como una papilla un poco líquida. Por cada litro de pintura, 1/3 de mezcla de agua y yeso. Es muy importante remover bien primero para que el yeso se diluya y también para que quede el conjunto bien integrado.
El resultado va a ser una mezcla densa pero fácil de extender.
Cuando usamos chalk paint es importante dar un acabado final de barniz para que los colores no se estropeen.
Este tipo de pintura facilita los acabados más rústicos y hace que no tengamos que lijar la pieza.
El toque final consistió en cambiar los tiradores por unos que compramos en Zara Home en rebajas y un poco de betún de judea ya que las molduras de las alacenas daban juego para este acabado.
Aquí tenéis el resultado final de este antes y después con un resultado fantástico.
imágenes TCV
El cambio es notable.
By Sara
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