Desde que comencé mi colección de baldosas hidráulicas tenía unas ganas
tremendas de probar a hacer una casera, por mí misma, tras haber visto algunos
vídeos del proceso artesanal utilizado en la fabricación de estas preciosas
piezas.
Mirad que maravilla:
Obviamente yo no tengo las herramientas profesionales para hacer baldosas y
tuve que buscar la manera de sustituirlas por elementos que tengo en casa:
la base de una caja de plástico de bombones con la forma y el tamaño adecuado
parecía prestarse perfectamente a ello y unos moldes de galletas con forma de
estrella podrían servirme para conseguir los dibujos.
Me preocupaba que los moldes sueltos se movieran durante el proceso y
estropeasen el resultado. No las tenía pues todas conmigo pero había que
probar, ya sabéis, quien no arriesga no gana.
Compré cemento blanco en vez de gris para poder darle color con tintes
naturales que traje de nuestro viaje a Chaouen en los tres preciosos
tonos de azul característicos de este pueblo marroquí.
Y me dispuse a hacer tranquilamente mi baldosa, con mucho cuidado yconcentración por lo que no tomé fotografías del proceso, aunque básicamentese trató de rellenar las estrellas con las mezclas de cemento, agua y los azulesverdosos en pequeña cantidad de color y rellenar el resto del molde cuadrado enuna mezcla de cemento, agua y azul añil intenso y otra con algo menos de azul.
Todo un poco improvisado y sin perder demasiado tiempo para evitar que elcemento se secase en exceso.
Entonces venía el paso más difícil: retirar los pequeños moldes de galleta sinque la forma de los dibujos de estrella se corriesen o mezclasen.
Debí dar con el punto conveniente de la mezcla de cemento porque ésto noocurrió. Podéis imaginar lo contenta que me puse.
Después esparcí cemento blanco en polvo, tal cual viene, sobre mi incipientebaldosa y finalmente añadí la mezcla de cemento blanco con agua, ya sin tinte,hasta llegar al borde del molde de plástico.
En mi afán por reproducir fielmente una baldosa hidráulica destinada a formarparte de un suelo, con su parte decorada y su revés de cemento sin color, dejéel cemento sin colorear para la base. Sin embargo, a posteriori y teniendo encuenta que se trata de una baldosa para uso decorativo y doméstico, no tienesentido mantener el cemento en el color original para la base, mejor hubierasido echar sobre la capa de cemento en polvo una mezcla con el color del fondodel dibujo, ¿verdad?.
Pero de los errores se aprende y, a pesar de que mi prototipo es muymejorable, estoy contenta con el resultado: ahora tengo una baldosa hidráulicaúnica, realizada por mí misma, con un diseño de cielo estrellado sobre unaespecie de Vía Láctea.
Para dar por finalizado el proceso, tras dejar secar unos días el cemento y sacarla baldosa del molde, pasé un estropajo por los bordes para eliminar las posiblesrebabas y di a la baldosa varias manos de barniz mate incoloro en spray.
Para estrenarla he montado una sencilla mesa en tonos azules y verdes.
Los preciosos vasos de inspiración noretnic en cerámica y cristal son de DarAmina shop, el plato con diseño de globos de Ikea y los azules con bordedorado son de Geneviève Lethu.
Para beber, un agua aromatizada de limón, jengibre y miel, mucho mássuave que la infusión detox de jengibre y ajo que compartí hace tiempo (aquí)y rica también en propiedades saludables.
Para picar, unas tostas de queso mozzarella, aguacate y rúcula, ricas,saludables y fáciles de preparar.
Como veis, un post lleno de sencilla y baratita inspiración que compartircomo cada viernes en los Findes Frugales de Marcela Cavaglieri.
Os deseo un buen fin de semana. Nos leemos el lunes.