Su base: la iluminación y una mezcla de materiales naturales, es la que ha utilizado el estudio de arquitectura Davis Scott para Avon Hill, una casa decorada al más puro estilo de Nueva Inglaterra con un toque de modernidad.
La arquitectura colonial se refleja en esta vivienda en cada rincón, las ventanas llegan hasta el techo, y las puertas de acceso a la casa van desde el suelo al techo, dejando entrar una luz que se reparte por cada estancia y brilla gracias al blanco de las paredes.
La mayor parte del mobiliario está fabricado con materiales naturales. En el salón encontramos un sofá tapizado en un gris azulado, que combina con dos sillones de piel marrón. Las ventanas están vestidas con estores, también en un tono gris. Y frente al sofá, dos mesas de centro de madera (divinas, por cierto), con formas geométricas. El toque de color lo tenemos en los complementos: un cojín rosa en el sofá y algunas plantas.
La zona de la chimenea sigue la misma línea, sofá rinconera con una mesa circular de piel delante. Aquí se ha jugado más con el color, combinando varios cojines estampados. Y en el comedor destaca la magnífica mesa y una lámpara que parece un puñado de globos puestos al revés y que nos ha encantado. Nos falta verla encendida porque tiene que ser una maravilla.
Otro de los rincones que no podemos dejar pasar en esta casa es la galería con banco. El asiento está hecho de obra, en blanco y madera, (no podía ser de otra manera), y el toque de color lo ponen una cortina y un taburete rojos.
Los suelos son de madera, aunque gran parte de ellos están cubiertos por alfombras. Nos gusta sobre todo el efecto creado por dos alfombras superpuestas, una de ratán y otra encima de lana y colores intensos.