Los interiores y las patas venían arañados, baldas rotas y cosidas con grapas y bastantes golpes por el uso diario.
Algunas zonas en el zócalo, junto a las patas, estaban gravemente dañadas y hubo que limpiar y sustituir por piezas nuevas para sujetar nuevamente las patas. Aquí se ve claramente cómo la carcoma a atacado la pieza de madera más blanda y ha dejado el resto casi intacto.
Pero como siempre, todo mueble tiene su historia, y esta tiene una mezcla muy curiosa que nos encantó y que comienza en Tarragona en la Segunda República, año 1934, con el abuelo de Enrique, apasionado del Género Chico y que por circunstancias personales tuvo que mudarse a Valencia, donde adquirió esta pieza que más tarde volvería a Tarragona y albergaría una colección muy especial.
Su hijo, y más tarde su nieto Enrique, actual propietario, le trajo a Madrid hace muchos años. El ha querido conservar este mueble que no es en sí mismo una pieza valiosa, pero sí lo es sentimentalmente ya que siempre ha guardado en su interior todos los vinilos de Zarzuela de su abuelo, que aún se conservan intactos.
Como siempre desmontamos herrajes, quitamos baldas y examinamos la estructura para comprobar daños y ver qué podemos aprovechar y qué debemos sustituir. Cepillamos bien fondo y trasera para eliminar restos de polvo y retiramos baldas atacadas por carcoma. Comenzamos la limpieza. Vemos zonas uniformes en la tapa, pero esto no ocurre en los frentes y patas, por lo que hay que unificar tono.
De izquierda a derecha vemos estado original, limpieza con fórmula restauradora casera y teñido al agua gris humo suave.
El estado de la trasera y paredes laterales es tan malo que decidimos entelar todos los planos verticales interiores. Roseta es una experta en cartonaje, todo lo que hace parece fácil, pero os aseguro que dejar los paneles así de perfectos, sin una sola arruga… tiene mucho arte!.
Cortamos paneles de chapa de 3mm. a la medida de los huecos interiores y forramos individualmente cada panel para pegarlos después con cola de contacto a los laterales.
Aún más complicado fue forrar la trasera de ambos huecos laterales, pero con ello ganábamos mucha luz. Aquí vemos un antes y después de los huecos.
El suelo de todo el mueble estaba en muy mal estado, arañado y roto al abrir huecos para la conexión del equipo de música, así que decidimos cambiarlo en el interior de las puertas con una tarima a la que hicimos nuevos orificios.
Aplicamos el mismo tinte que al resto del mueble, patinamos y protegemos con barniz para mejor resistencia al roce.
Decidimos dar una pátina blanca hecha en el taller, porque necesitábamos unificar las piezas nuevas en el suelo, los travesaños que previamente habían sido teñidos color caoba, y las patas, que tras la limpieza vimos que eran diferentes; unas de pino (en la imágen) y otras en haya.
Sin duda el gran protagonista de esta transformación ha sido el entelado del mueble. Es perfecto para este tinte, y le da muchísima calidez y estilo al conjunto.
La Verbena de la Paloma, Molinos de Viento, Doña Francisquita y tantas otras obras tan familiares y conocidas para nosotras desde la infancia, han sonado en nuestra cabeza esta semana mientras restaurábamos este mueble. Ahora se llenará de nuevo de esos preciados vinilos ya casi centenarios, pero un un espacio mucho más acogedor ¿no os parece?.
Con Vanesa Sanz y Roseta Burgos, equipo de Restaura y Recupera. Gracias por vuestro buen humor chicas!
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