Algo a lo que no daba demasiada importancia cuando era más joven era al descanso. Dormía poquísimas horas al día con tal de aprovecharlas (o malgastarlas, todo sea dicho) y pasaba los días sin toda la energía que podía llegar a tener.
Con el paso de los años voy teniendo más claro que, además de ser necesario para nuestro bienestar general y para realizar nuestras ocupaciones diarias de una manera óptima, también descansar es más que necesario para tener una piel mucho más cuidada y saludable.
Sabemos que la buena cosmética ayuda en un considerable porcentaje a que nuestra piel se vea sana, es innegable, pero sin un descanso de calidad no conseguiremos los mejores resultados ni en nuestra piel corporal ni en nuestra piel facial. Nuestras horas de sueño deberían ser sagradas.
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Es obvio que hay días en que por unos motivos u otros y a veces incluso ajenos a nosotros mismos terminamos durmiendo menos de lo recomendado (ocho horas diarias), pero deberíamos empezar a darle más importancia al descanso desde los primeros años y hasta los últimos, dedicando en cada etapa de la vida una cantidad de horas u otras según lo necesario.
Empezando por los cimientos de un buen descanso, tenemos que hablar de nuestra cama en todo su conjunto: almohada, somier y colchón. No conseguiremos dormir plácidamente si sentimos molestias debidas a alguna de estas bases. Una mala elección de alguna de ellas a veces incluso puede llegar a empeorar nuestro estado físico (y estoy segura de que si alguien de quienes estáis leyendo este post padece de dolor de espalda o hernias discales, por ejemplo, estará más que de acuerdo conmigo en este último punto).
Colchones Aznar es una muy buena opción para encontrar los mejores colchones ya que, además de una amplia gama de ellos y otras necesidades para el descanso, ofrece colchones para deportistas, antiescaras, naturales y ecológicos, articulables y especiales para dolencias concretas como las que os he mencionado anteriormente entre otros muchos más convencionales.
Ya sabemos que no vale dormir de cualquier manera ni en cualquier lugar. La base de un buen descanso es primordial.
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Belleza y descanso nunca han ido separadas de la mano, y si alguna vez creíamos que sí ya sabemos que nos equivocábamos (yo la primera) y es que como os decía al principio de este post, hasta que no salí de la adolescencia (que era la época en la que menos me cuidaba en general), no empecé a entender que, por mucho que cuidara mi piel con productos, no iba a mejorarla durmiendo solamente unas cinco horas al día de media. Se notaba a leguas en la piel de mi rostro (principalmente) que algo no estaba bien y es que la falta de sueño afecta incluso a nuestros genes, que se alteran si no dormimos bien.
Indiscutiblemente, con la edad la piel se ve más afectada por la falta de sueño, ya que cuanto más jóvenes somos menos paso del tiempo ha sufrido y menos preocupaciones y ocupaciones tenemos que nos impiden dormir más tranquilamente.
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Sabiendo que la base de un buen sueño es dónde (y en qué estado) dormimos, tenemos que conocer también varios pequeños consejos más para conseguir un mejor descanso:
· Evitar utilizar el móvil (portátil, tablet, etc) antes de meternos en la cama. Según expertos la luz estimula nuestro cerebro, lo que facilita que tardemos más en dormirnos y por ende perdamos horas de sueño.
· Parecerá una tontería, pero si el dormitorio es un lugar silencioso que además nos produce sensación de paz y calma, conciliar el sueño será mucho más sencillo.
· Hacer ejercicio durante el día sabemos que mejora la salud física y mental, pero es recomendable realizarlo una hora antes de dormir para aquellas personas a las que les cuesta de verdad coger el sueño y descansar. El cuerpo pide reposo al sentirse cansado y es la excusa perfecta para meternos en la cama.
· Sentirnos relajados nos calma y equilibra, así que las técnicas de relajación son muy buenas aliadas para conseguir sentirnos tranquilos. En internet existen muchas de ellas, pero podemos empezar con respirar concienciada y profundamente durante un par de minutos justo al meternos en la cama. Libera tensiones y nos evade de las preocupaciones aunque sea durante ese momento tan breve.
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Ahora ya sabemos que uno de los principales motivos por los cuales no conseguimos que nuestra piel se vea como quisiéramos es a causa del escaso descanso y ya no tenemos excusas para colaborar con él. Si nuestra agenda no nos permite dormir durante ocho horas, al menos intentemos que nuestras horas de sueño sean lo más placenteras posibles.
¡Hasta el próximo post!
Sonya V.