Si le damos la vuelta vemos un sistema de 14 llaves que sujetan el tablero al bastidor de la mesa. Este sistema consiste en ranurar el bastidor suavizando las esquinas para que la pieza que encaja tenga el movimiento necesario para absorber los movimientos de dilatación y contracción del tablero si fuese necesario, lo que nos da la garantía que jamás tendrá una grieta.
Como siempre hacemos en estos casos, para empezar a trabajar, numeramos las llaves tanto en el tablero como en el bastidor y cada pieza y reservamos hasta el final, así nos aseguraremos un montaje perfecto.
Empezamos con pruebas de limpieza. A simple vista se ve que se trata de una madera grasa, probablemente de la familia de la Teca por lo que hay que tener cuidado con las mezclas que pueden ennegrecer la superficie. Todo lo referente a las pruebas de limpieza lo tenéis en el cuaderno online Nº1.
Efectivamente este es el color limpio de la superficie, un tono natural que nos viene muy bien para el acabado que necesitamos. Tras la limpieza neutralizamos toda la superficie. Aparece un veteado muy marcado y cambios de tono en parte de la superficie que no queremos resaltar, hacemos varias pruebas de tintes y aguadas suaves para unificar el tono de la mesa a petición de su propietaria.
Se puede variar cualquier todo, por muy oscuro que sea. Aquí vemos a la izquierda una prueba de aguada, en el centro el acabado original y a la derecha el tono natural. Decidimos respetar el natural y darle una ligerísima aguada para unificar como hemos dicho, la intención es únicamente matizar el tono amarillento de algunas zonas y conseguir un tono más roble seco. En cuanto a las patas hacemos un decapé en un tono medio entre Ellis y Versalles. Hemos elegido este color porque el suelo de la estancia es blanco, buscando un contraste suave.
En este caso no interesaba desgastar sobre blanco, así que hemos hecho una pintura de cal casera con esos tonos para que se adhiera directamente al soporte y tenga la dureza necesaria para el roce diario.
Tras la aguada solo queda proteger el tablero, no vamos a dar cera en esta ocasión porque es una mesa de comedor y necesitamos dureza, así que damos tres manos de barniz extramate bien pulido entre capas. Si hemos acabado a la cera el bastidor y las patas.
¿Recordamos el estado inicial?
El tono natural del tablero ha dado mucha luz a la mesa, sin duda ha sido un acierto la limpieza y el contraste con el color de las patas.
La entrada Mesa recuperada aparece primero en Restaura y Recupera.