Hace aproximadamente más de un año, más concrétamente un año y seis días, murió mi madre de regreso en peregrinación a la canonización de Juan Pablo II en Roma.
Éste no es un blog donde hablar de temas personales. Es más. creo que casi no se le puede considerar un blog ya que lo único que "publico" son las fotos de renders que utilizo para hacer mis vídeos de Youtube.
Escribo esto no para homenajear de alguna forma a mi madre, es más bien una forma de desahogarme, desahogarme de la apariencia pública, donde hay que mostrarse fuerte ya después de un año y hablar de ella sin que duela.
Yo no he estudiado las fases del duelo y no se si lo he superado o no, pero el otro día sentí en la misa por ella como si volviera a enterrarla. Así que muy superado no creo que lo tenga, pero tampoco creo que se supere una cosa así, sólo hay que saber vivir con ello.
Este blog se supone que va de decoración, y mi madre era una artista en todas las facetas, también en la decoración. No lo digo con amor de hijo, lo digo por que es cierto, mi madre empezó cosiendo, empezó haciendo nuestra ropita de bebe y al tiempo empezó con los cuadros cosiendo paisajes y letras y toda clase de cosas. Recuerdo que se presento a un concurso o algo así y su cuadro se expuso en un escaparate pero de eso no queda constancia en casa. No se si a la par o más tarde empezó a dibujar, primero con plumilla y acuarela y termino haciendo grandes retratos de la familia o paisajes al oleo. Ella fue autodidacta en todo lo que hizo.
Mi familia es una familia de clase media con una casa en el pueblo y un chalet en la montaña, todo relativamente humilde. La decoración de la casa en base es de finales de los 70, con muebles clásicos oscuros y excesivamente enormes y trabajados. Supongo que cuando mi madre maduró vio su gran equivocación y empezó su afán por hacer cálida la casa con la decoración. Empezó a quitar las copas, jarrones y platos para poner libros, marcos y esculturas pequeñas, cojines, edredones para cubrir la tela oscura de los sofás pasados de moda. Quizás era un estilo muy recargado, pero con el tipo de casa que es y los muebles que había no cabe una decoración más idónea, además el resultado siempre era acogedor.
Una de sus últimas ilusiones artísticas antes de fallecer fue la decoración de mi habitación. Yo me quedé en paro momentáneamente y mi habitación estaba hecha con retales de sobras de otras habitaciones, un armario de una tía abuela de mi madre, una cama de mi bisabuelo y poco más. La verdad es que yo no pensaba seguir su consejo pues me creía autosuficiente para elegir la decoración. Menos mal que mi instinto de persona insegura me hacía preguntarle siempre. Fuimos a por la pintura, yo quería gris y ella acepto, pero eligiendo ella misma el tono de gris que quería. Otro día pasamos por LeroyMerlin y cogimos unos estores de oferta cuyo color era exactamente el de las paredes y a mi me pareció que con ello las ventanas quedaban suficientemente vestidas. Nos deshicimos de la vieja cama y colocamos dos camas pequeñas estándar de 90 x 190 y hasta encontrar un cabezal adecuado colocamos el viejo colchón de 140 x 185 de cabezal con un buen edredón cubriéndolo. Para mesitas colocamos un viejo taburete de la cocina y dos pequeños baúles de mimbre con tapa de cuero marrón y dos lamparas doradas alargadas y finas. El armario siempre fue un problema ya que el que tenía se quedaba muy corto e incómodo así que mi padre decidió hacerlo el mismo pero no nos convencían las maderas que trajo del muestrario de la empresa y el tamaño y la forma siempre fueron una cuestión discordante entre mi madre y yo. Un día fuimos a ver una tienda de muebles de segunda mano, una especie de rastro o rastrillo y me fijé en un armario de roble muy elegante y de estilo francés provenzal, no me pareció caro pero no me atreví a pensar en el como un posible mueble para mi habitación, pero cuando mi madre lo vió se enamoró y después del regateo lo consiguió a muy buen precio. Al final de todo mi habitación quedó bastante bien. Pero mi madre me tenía una última sorpresa, me llevo (físicamente la lleve yo con el coche) a una tienda de cortinas y sin pensarlo mucho eligió unas cortinas y aunque nunca se lo confesara ella sabe que le agradecí mucho ese regalo (porque yo era muy tacaño y gastarme un dineral en cortinas me parecía inmoral). Por último compramos dos caballetes monos y un tablero de mi padre y me hice un escritorio, y un día que salió buen tiempo mi madre y yo compramos barniz y en la terraza le dimos una capa y listo.
Bueno... quien quiera ver fotos de mi habitación puede ver un post que abrí en facilisimo: http://decoracion.facilisimo.com/foros/reformas-y-proyectos/mi-hermano-se-muda-a-mi-habitacion-jejeje-y-hay-que-meter-otra-cama_690981_2.html
Hoy en día la casa ha sufrido una gran transformación ya que tuvimos que hacerle una leve reparación ya que las humedades nos estaban comiendo... jajaja... y vino un pintor muy bueno amigo de la familia y nos restauro la casa. Los colores fueron muy consensuados con la familia pero el resultado, pese a ser muy optimo desde la vista decorativa, me resulta un poco frío. Yo intento conservar la esencia de mi madre con los cojines y edredones sobre el sofá pero hay cosas que no se consiguen y el toque de ella se ha perdido en gran medida. La vida sigue supongo.
Espero que no les haya parecido mal estas palabras de un no tan joven arquitecto frustrado.