Para comprobar si nuestras ventanas están hechas con el material adecuado, hay que tener claro el tipo de vidrio con el que han sido creadas.
- Si no posee un doble acristalamiento ya tenemos 'media respuesta' en nuestra indagación. Dependiendo del tipo de vidrio, habrá un tipo u otro de condensación: si se da en el interior de la cámara, la condensación atenderá al sellado y a su deterioro. Si por el contrario la condensación se da en el vidrio interior, generalmente por la cara del vidrio que podemos tocar, ésta será efecto de la humedad general que haya en nuestra casa así como de la temperatura que registre el propio vidrio.
- Después, atendremos al llamado perfil o material: en este punto deberemos valorar las hojas de la ventana, el nivel de impermeabilidad del agua y la ventilación interna. Si tenemos dudas de hacer este tipo de comprobaciones solos, acudamos a la ayuda profesional o al típico amigo que 'sabe del tema'.
- En tercer lugar, echemos un vistazo a nuestra persiana. Muchas veces invertimos en ventanas y cerramientos de calidad, pero nos olvidamos de las persianas, como si éstas no tuviesen su papel en evitar condensación en nuestro hogar. Por supuesto que lo tienen, de hecho, muy importante: no desestimes invertir en unas buenas persianas, ya que pueden ser nuestras grandes aliadas en la lucha contra la humedad.
Dicho todo esto, más a nivel técnico, pasemos a la acción, a aquellas cosas que debemos o que no debemos hacer para que no exista humedad en nuestras estancias. Para empezar, tengamos claro algo: si no ventilamos correctamente estaremos agravando el problema. Una casa bien ventilada es vital para evitar problemas como este, ya que la condensación es amiga de los espacios cerrados y los ambientes mal ventilados. Para elimina este ambiente 'viciado' ventila correctamente durante el tiempo justo, especialmente después de hacer tareas que impliquen humedad, como bañaros, ducharos o cocinar.
Retomando un aspecto más técnico o formal, el aislamiento es igualmente importante. Un buen aislamiento puede hacer que gastemos mucho menos en calefacción, así que no dudes en comprobar qué paredes y ventanas están bien aisladas. En cualquier caso, 'los famosos y recomendados 20º de calefacción' deberían ser el ambiente ideal o estándar en tu casa. Si eres friolero puedes subirla un poquito, en función de lo que estimes necesario. Las casas donde hay termostato suelen gozar de un uso más responsable y sustentable de la calefacción, ya que se puede medir y controlar; ¡es una realidad!
Si ya has constatado que tu hogar dispone de serios problemas de humedad, hay que ir pasando a la acción. Un buen punto de partida es redistribuir los muebles para que circule mejor el aire. SÍ, como lees. Un error es pensar que el aire 'sólo circula por arriba', ya que el aire está repartido en toda la casa. Deja espacios lo más diáfanos posible.
Una vez detectada la 'enfermedad', hay un montón de cosas más que podemos hacer para luchar contra ella. Podemos combatirla cambiando las ventanas, evitando que sean metálicas. Asimismo, es recomendable que compres vidrios bajos en emisión . No dejes de ventilar y no dudes en utilizar elementos anti humedad que haya en el mercado.
¿Deseas más trucos exprés para luchar contra la condensación?
- No cierres demasiado tiempo cortinas y persianas, pues el aire no estará circulando con normalidad.
-¿Sabías que mantener una atmósfera tibia o templada es lo mejor para estos casos de condensación? La humedad aparece con mayor frecuencia si tenemos la casa por debajo de los 17 grados centígrados.
-Puedes hacer uso de extractores, especialmente en la cocina. La campana es la responsable de que la humedad y el olor no se disperse por el resto de estancias de la casa.
- Si posees chimenea, olvídate de tenerla siempre tapada. El aire ha de circular también por este lado del hogar.
¡Seguro que con estos consejos ya sabes cómo hacer frente a la condensación!
Más información: Vivienda Saludable