Y no sólo por el simple hecho de cambiarles el aspecto y actualizarlas, sino también porque se encontraban deterioradas por el uso y había que repararlas. Especialmente una de ellas que pasó varias noches a la intemperie (ésta es una zona con mucha humedad) por lo que la chapa del asiento se hinchó y levantó
En la imagen superior podéis ver la silla que se encontraba en peor estado y que ya intenté reparar en su día sin mucho éxito, así que esta vez lo que decidí fue eliminar la chapa dañada directamente. Una solución que no me acababa de gustar porque así el asiento pierde resistencia, pero bueno, había que probar…
En la siguiente foto podéis ver el proceso casi terminado
Por resumir un poco; contábamos con cuatro sillas, dos de ellas que se podían renovar sin más y otras dos que necesitaban de un “apaño” o reparación previa, una de ellas la que se muestra arriba. La cuarta, que os muestro abajo, la he dejado para el final porque su reparación llevará más tiempo
Así que con las otras tres, como siempre lo primero que hice fue lijarlas y después aplicar la capa selladora más dos manos de pintura blanca y para terminar dos capas de barniz puesto que al ser unas piezas de mucho uso es importante dotarlas de una buena protección frente a los golpes.
Aquí tenemos una de las sillas con la capa selladora ya aplicada y lijada
Y abajo el aspecto final de las dos sillas que se encontraban en mejor estado (la tercera todavía la estoy terminando y la cuarta como ya os he dicho, está por empezar)
Me decidí por el color blanco porque los muebles de la cocina y el alicatado son de ese color y aunque la mesa es de color madera claro, me gusta mucho la combinación con blanco. Cuando estén las cuatro listas seguro que la cocina mejorará su aspecto
Y ahora a seguir trabajando con las otras dos sillas para mostraros el resultado cuanto antes.
¡¡¡Feliz fin de semana!!!