1. Con respecto a la situación de la vivienda.
Antes de nada hazte esta pregunta: ¿dónde quieres vivir? Y es que lo normal a la hora de empezar a buscar vivienda en medio de tantas dudas y conflictos internos es delimitar la zona en la que buscar e investigar sobre los servicios que ofrece y su posible crecimiento futuro: qué colegios hay, cómo es la comunicación, cuánto se va a desarrollar, si hay comercios cerca, si hay mucho ruido, si la carretera está cerca o van a construir una pronto...
2. Aspectos técnicos de la vivienda.
Una vez hemos elegido la zona, o zonas, en la que queremos iniciar la siguiente y emocionante fase de nuestra vida, llega el momento de echar un ojo a páginas como Solvia para seleccionar aquellas viviendas que más o menos se ajustan a nuestras peticiones y realizar las primeras visitas. Además, registrándote en su página podréis buscar asesoramiento de profesionales sin ningún tipo de compromiso.
De este modo, cuando vayamos a ver una casa, además de las cuestiones más obvias, debemos tener en cuenta diferentes aspectos de la edificación. Por ejemplo, uno de los más importantes es la orientación, que influirá en la cantidad de luz natural que entra en la vivienda, el consumo en calefacción y aire acondicionado... En esta infografía podemos ver un resumen de las claves que pueden servirnos de guía:
Por su parte, si se trata de una vivienda de segunda mano, es importante comprobar en qué estado se encuentran la instalación eléctrica, la del gas, la de la luz, comprobar la antigüedad del cuadro de luz, revisar la presión del agua... Además, el aislamiento es un factor clave en una vivienda y, por ello, vamos a atender, sobre todo, al estado de las ventanas y las persianas. De esta forma, sería recomendable consultar con el propietario qué tipo de reformas se han hecho en la vivienda y en qué fechas.
3. Vamos con la parte burocrática.
Ya hemos encontrado la casa de nuestros sueños y nos entran las prisas por hacernos con ella. Sin embargo, si queremos evitar posibles disgustos, antes de firmar nada realizaremos algunas comprobaciones: verificar el estado de cargas de la vivienda, comprobar que estamos negociando con el propietario real de la vivienda, asegurarnos de que el inmueble ha pasado la Inspección Técnica de Edificios (ITE), pedir el Certificado energético de la vivienda, comprobar si está pagado el Impuesto de Bienes e Inmuebles...
Por otro lado, con respecto a la comunidad, es conveniente cerciorarnos de la cuota mensual a pagar, asegurarnos de que nuestra vivienda no tiene cuotas pendientes, el estado general de la comunidad, las posibles reformas pendientes que nos podrían suponer importantes derramas... De este modo, si hablamos con el administrador podremos informarnos de todas estas cuestiones, además del estado del edificio, sus instalaciones, rehabilitaciones obligatorias...
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4. ¡Llega la hora de la mudanza!
Ya tenemos casa, ¡qué ilusión! Y ahora comienza el verdadero lío, la mudanza, y la primera gran duda es: ¿contratamos a un servicio profesional o tiramos de amigos? Pues todo dependerá del esfuerzo y dinero que queráis invertir (y de la cantidad de favores que os deban o que queráis deber en un futuro... ;-)). Así, para orientaros, haceros a la idea de que un servicio de mudanzas para un piso de 90 metros cuadrados rondará los 600-700 euros en transporte, más todos los servicios adicionales (montaje, embalaje...).
En caso de que os animéis a hacerla vosotros mismos, ¡no os estreséis! Haceos con un buen surtido de cajas, papel de burbuja, mantas, bolígrafos, etiquetas y, sobre todo, ¡mucha paciencia! Así, para que no se vuelva todo un caos, lo que os recomendamos es que establezcáis un método de organización, con un listado, un inventario, una clasificación por estancias... Y no os olvidéis de guardar en una misma caja lo básico que vayáis a necesitar con más prioridad: productos de aseo, ropa de cambio, alguna toalla...
Y, por supuesto, ¡aprovechad para hacer limpieza y tirar todo lo que lleváis años acumulando! Para ello, podéis seguir esta regla: si habéis estado más de un año sin usarlo, es hora de tirarlo o donarlo. :-)
5. Lo que más nos gusta, ¡la decoración!
Después de meses de papeleo, semanas de cajas y cajas y unos días interminables de mudanza, ¡al fin estamos en nuestra nueva casa! Así, ya podemos dedicarle todo nuestro tiempo a nuestra parte favorita del proceso, la decoración.
Sin embargo, es posible que ahora mismo vuestro presupuesto sea un poco limitado por todos los costes asumidos (escrituras, entrada, mudanza...). Pero no os preocupéis, con un poco de creatividad e inspiración se pueden conseguir ideas decorativas muy chulas y, lo más importante, muy baratas. ¡Mirad cómo llenar las paredes sin gastar de más!
- Con cajas de la fruta:
- Con cuerda y una tabla de palets:
- Con ramas, cuerda y postales:
- Con cuerda, pinzas de la ropa y fotografías:
- Con láminas (que podemos imprimir en casa) y marcos:
Así, si estáis en plena tarea de cambio de casa, no dudéis en visitar la página de Solvia, donde podréis encontrar una gran oferta de inmuebles. ¡Puede que entre ellos esté la casa que siempre habíais soñado!