Ella contactó con nosotras a través de una recomendación de una de nuestras clientas y desde el principio, la comunicación con ella fue muy sencilla. Irene se autodefine como una persona alegre, algo desordenada y positiva. Nosotras añadiríamos que se trata de una persona con las ideas bastante claras de aquello que le gusta y lo que no. Y, esta cualidad, fue clave para llegar al resultado que es hoy su vivienda. ¿Por qué? ¡Te lo contamos!
Empezamos a desengranar los detalles de este proyecto con la parte más importante: la distribución. Como podéis ver en la imagen, el mayor problema estaba claro: escaseaba la luz. ¿Lo bueno? Que Irene sólo necesitaba: un baño, un dormitorio, una cocina, un salón, un dormitorio de invitados y un vestidor-armario (el cual no tenía que estar necesariamente incluido en el dormitorio).
¡Así que nos pusimos manos a la obra! Juntas diseñamos unos espacios totalmente a medida, en los que nuestro leitmotiv siempre fue multiplicar la luz.
Para ello, decidimos derribar varios tabiques, cuya única función era compartimentar la vivienda y restarle luz. Esa fue la parte fácil, pero el baño nos dio mayores quebraderos de cabeza. No obstante, la solución resultó ser muy sencilla y funcional: simplemente girando el tabique de la entrada lo suficiente para dejar espacio para la ducha, sirvió para encajar el resto de la distribución.
Con ese primera decisión del derribo de tabiques se consiguió lo que veis en la foto a continuación: un espacio diáfano presidido por dos ventanales con contraventanas que bañan la estancia del salón-cocina.
Por otro lado, destacamos la presencia del aparador al que nosotras bautizamos como joya de la corona. Este mueble estilo mid century inspiró la elección tanto del papel pintado con líneas geométricas, como el suelo en espiga de casi toda la vivienda.
En el dormitorio se tomó una decisión nada fácil para muchos de los mortales: no habría armario. A Irene no le importó que su vestidor estuviera algo alejado de su habitación, el resto de aspectos que ganaba al prescindir de ello, merecían la pena. Así que simplemente le ayudamos a escoger pequeños detalles de mobiliario y estilismo que casaran bien con la lámpara de techo diseñada por Serge Mouille, su must have.
En el baño, como ya os adelantábamos antes, realizamos un giro para encajar la ducha y poder ampliarlo. Por otro lado, y ya que al tomar esta decisión privamos a la entrada - recibidor de iluminación natural, hicimos una ventana fija en la parte alta de la ducha para comunicar y facilitar el paso de la luz.
Como en otros proyectos que os hemos enseñado anteriormente, sabéis que nos gusta jugar con el alicatado. Creemos que pequeños cambios en su colocación marcan la diferencia. En este caso, escogimos una combinación entre un alicatado liso blanco mate y uno tipo metro blanco brillo.
En cuanto a la iluminación artificial para la zona del lavabo, nos decantamos por estas luminarias esculturales de color negro con bombillas de filamentos.
Tanto en cocina como en baños solemos recomendar cambiar de pavimento para evitar problemas futuros con el agua y porque, además, son más fáciles de limpiar. En el caso del baño de Irene, escogimos un suelo tipo cemento en formato hexagonal. En la cocina, uno de acabado similar, pero en formato rectangular de 30x60 cm.
TERRAZA
La terraza de esta vivienda es pequeña y se aprovechó, como podéis ver en la imagen, como una pequeña zona en la que tomar algo, sobre todo en estas calurosas noches de la capital.
¿Qué os ha parecido, os gustaría tener una casa como la de Irene?
¡Feliz fin de semana!
El equipo emmme
Fuente: este post proviene de Desde Babia_el blog de Emmme Interiorismo, donde puedes consultar el contenido original.
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