El hecho de que sea un ático de techos altos ayuda, pero la magia está en su capacidad para integrar zonas y abrir la estancia, aprovechando al máximo las cualidades del espacio.
Primer espacio, el Salón
Una zona de estar amplia y confortable, presidida por un sofá en esquina que abarca todo el espacio y que amplía las zonas de asiento hasta el infinito. Esta configuración le permite a la interiorista añadir dos butacas complementarias e incluso algunas piezas auxiliares más decorativas. Resultado, un salón acogedor, cómodo, funcional y precioso, gracias entre otras cosas, a los acabados: telas maravillosas, lacas brillantes, vidrios y metales.
Segundo espacio, el Comedor
Pequeño, recogido, coqueto y encantador. Un espacio discreto que ocupa uno de los rincones del salón. Suficiente para comidas o cenas en petite comité. Es visualmente ligero y no entorpece la enorme cantidad de luz que entra por las preciosas ventanas.
Tercer espacio, la Cocina
¿Para qué más comedor, con una barra para comidas de diario como ésta? Maravillosa la configuración de esta cocina abierta al salón a través de la barra americana. Las luminarias añaden un punto de sofisticación al blanco puro que domina el espacio de trabajo. Los taburetes en chapa de madera añaden calidez y se integran perfectamente en el salón.
Por favor, ¿alguien encuentra un fallo en este espacio? ¡¡¡Nos encantaaaa!!!
El resto de la casa la tenéis en Nuevo Estilo (con fotos de Pablo Sarabia).