Si los espacios abiertos tiene buena ventilación, las cocinas abiertas no son un problema. Una de las pegas más frecuentes para las cocinas abiertas suele ser el problema de la limpieza y la grasa. Es cierto que dependiendo del tipo de cocción que hagamos habitualmente en nuestra casa, la acumulación de grasas puede ser un problema. Pero se puede solucionar con un buen sistema de extracción, una buena ventilación y la correcta disposición de los muebles.
¿Por qué la correcta disposición de los muebles? Sencillo, porque eso facilita la limpieza. Si al diseñar nuestra cocina dejamos muchos huecos al aire, muchas superficies discontinuas, la limpieza siempre se complica. Pero si lo que planteamos es un espacio de líneas continuas y de pocos o ningún espacio muerto (más vale cubrir un hueco con un falso lateral antes que dejarlo abierto), entonces nos aseguramos una limpieza fácil y mucho mejor mantenimiento. Nada de escobas entre armarios, saleros en balditas, etc. En este caso, los armarios se han subido hasta el techo, con una doble hilera de armarios en la parte superior.
Es cierto que vemos con frecuencia las cocinas con el menaje expuesto, con la parte superior decorada con estantes abiertos, etc. Pero si se trata de utensilios que utilizamos con frecuencia no encontramos mayor problema. Lo grave es tener acumulados objetos que no vamos a mover en meses; entonces nos aseguramos una buena capa de grasa con polvo.
En definitiva, hay que perder el miedo a cambiar las costumbres y adoptar la idea de una cocina abierta para una residencia familiar puede mejorar el aspecto de la zona de día de nuestra casa.
Vía: Home Adore
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