Ya sabéis, porque lo he contado en post anteriores, que casi siempre que veo una cocina abierta es amor del bueno. Me encantan. Y no porque estén hasta en la sopa y las veamos por todas partes (especialmente en las casas que vienen del norte de Europa y en las americanas), sino porque desde niña he sentido especial fascinación por las cocinas.
Yo, que tengo una familia pequeña, siempre he considerado la cocina el centro de la casa. Donde se merienda, se hacen los deberes, donde se ve la tele, donde se preparan cosas ricas, donde están muchas veces las madres y esos peques que quieren estar con ellas... Así que, lo lógico era que al crecer quisiera una gran cocina en mi casa. Un poco para repetir el patrón que tenía desde niña en mente. La versión "mejorada" de cocina abierta (donde hay una zona cómoda más de estar, con sofás, televisor grande, e incluso espacio para amigos y peques que juegan) es obvio que tenía que encantarme.
Sin embargo, y a pesar de que ya llevo algunas mudanzas a mis espaldas, nunca he vivido en una casa con cocina abierta. Tengo ganas. Y sé que algún día la probaré. Mientras, me conformo con la mía (que teniendo en cuenta lo poco cocinillas que soy, me llega y me sobra) y con dejaros unos cuantos consejillos por si os decidís por una.
Buen martes!
Coralia.
Para separar la cocina del resto de las zonas, una buena forma es con láminas de cristal. Visualmente el espacio continúa, pero existe una separación real. Perfecto para cerrar cuando sea necesario por los olores.
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La luz es esencial en cualquier vivienda. En este caso, el dejar abierta la cocina, permite que entre hasta el final de la casa desde las puertas acristaladas de la zona del comedor.
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Para multiplicar los metros, lo mejor es utilizar el mismo tipo de suelo en todo el espacio. Sin separaciones "visuales" todo parece más grande.
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Y si queremos separar ambientes y crear rincones, las alfombras pueden ser nuestras mejores aliadas. Son económicas, aportan calidez y delimitan las zonas de estar.
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En una cocina abierta, donde la zona de estar y el comedor "más formal" están en el mismo espacio, debemos cuidar más que nunca el diseño de los muebles. Las líneas rectas (y jugar con el material de la encimera, por qué no, para el resto de los muebles de la zona de estar) pueden ser nuestras mejores aliados.
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Para no saturar, lo mejor es optar por baldas en la parte superior de la zona de la cocina. Son ligeras y no "pesan" tanto como los típicos muebles de cocina.
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Por último, los electrodomésticos son esenciales. Eficientes, bonitos y además, que hagan el mínimo ruido posible. Son una inversión de la que no nos arrepentiremos, ya que la funcionalidad del espacio depende, en gran medida, de ellos.
Vía
Fuente: este post proviene de Petite Candela, donde puedes consultar el contenido original.
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