La cocina es un espacio susceptible de ser reformado. Es uno de los sitios de nuestra vivienda que más se desgasta y deteriora por el intenso uso y las condiciones especiales de temperatura y humedad, por lo tanto, uno de los primeros espacios de la casa que necesitará una renovación.
Pero decidir hacer la reforma de la cocina presenta una serie de dudas, ya que es un trabajo importante que habitualmente no se hace. Puede ser una experiencia apasionante o un caos. Y más si estamos viviendo en ella.
"¿Cuánto costará? ¿cuánto tiempo durará? ¿cómo convivir con el polvo, los ruidos y personas extrañas? ¿dónde desayunar, comer y cenar? ¿y el agua caliente para ducharse? ¿molestará la obra a los vecinos? ¿habrá que pedir permisos? "
Está claro que la mejor solución si queremos evitar incomodidades es mudarse mientras duren las obras, pero si no se cuenta con otra vivienda propia o de algún familiar o amigo, será un gasto que hay que asumir o aceptar las incomodidades.
Estos consejos pueden servir para afrontar esa deseada reforma de la cocina sin preocupaciones.
1. Busca una empresa seria
Aunque sea una cocina pequeña, habrá que encargarse del diseño, presupuesto, cálculo, permisos, elección y compra de materiales y muebles, contratar la mano de obra, seguimiento, control de calidad y solucionar imprevistos, entre otras cosas.
No trates de hacerlo tú mismo, ni contrates a cualquiera y menos si es barato.
Delega en una empresa de reformas que esté capacitada para encargarse de todo y que garantice un buen trabajo y una entrega a tiempo.
2. Ponle atención al contrato
Es importante para tu tranquilidad que el contrato sea claro y preciso, que tengan cláusulas de cumplimiento, de procedimientos y de calidad de los trabajos. Una garantía por escrito de estos puntos es casi indispensable.
3. Planifica todo desde el principio
Planea todo con detenimiento, sin precipitaciones. Aunque te presionen para empezar cuanto antes sin tener claro el diseño de la cocina que quieres, o no sea el momento apropiado para tu familia, o esperas visitas, por ejemplo, no lo hagas todavía. Espera a que las condiciones sean las adecuadas para empezar a trabajar.
4. No escatimes en el diseño de la cocina
El diseño de cada cocina requiere varias reuniones, propuestas de distribución, de acabados, de encimeras, de electrodomésticos, planos arquitectónicos y técnicos, entre otras cosas, que requiere de mucho tiempo de un diseñador o arquitecto. No cualquiera puede hacer esto y corres el riego de terminar en chapuza.
Asigna una parte del presupuesto al diseño de la cocina para asegurarte el resultado que esperas.
5- Coordina los plazos de la obra con los mueble de cocina
Los muebles de cocina requieren un tiempo de fabricación que oscila entre 30 y 40 días, dependiendo del fabricante, de los materiales y los acabados.
Lo ideal para no cometer errores, es hacer medición exacta una vez que la obra está casi terminada, lo cual significa tener que esperar casi un mes más para poder disfrutar de la cocina nueva.
Pero para acortar esos plazos, en algunos casos, se puede hacer el pedido de los muebles unos 30 días antes de la finalización prevista de la obra, de manera que al terminar ésta, enseguida se pueda montar el mobiliario, encimera y electrodomésticos.
Solo hay que estudiar cada caso y prever espacios de tolerancia entre muebles y paredes para poder ajustarlos durante el montaje, tomando como base las medidas realizadas antes del comienzo de los trabajos.
6. Tomarla como una inversión, no como un gasto
Ya de por sí, una cocina reformada representa un plus a la hora de vender la vivienda y más si es un trabajo de calidad con un mobiliario de buen diseño.
No olvidemos que es una zona neurálgica de cualquier casa y una de las más atractivas para un comprador.
La calidad se nota cuando entramos a una vivienda y si la renovación es buena, seguro que ha sido una inversión.
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