¿Sabes lo qué es la cloración salina? Se trata de un sistema de limpieza del agua de la piscina muy interesante. Una alternativa al tradicional cloro que cada vez tiene más adeptos. Y no es raro ya que son muchas las ventajas de esta forma de limpiar y mantener la piscina. Te contamos en qué consiste y por qué es una idea a tener en cuenta para disfrutar aún más de la piscina de tu terraza o jardín.
Hace unos años el único sistema que se podía encontrar para limpiar y mantener el agua de una piscina era el cloro. En la actualidad la cosa ha cambiado. Ahora hay otras opciones que resultan más sanas y menos químicas. Como la cloración salina, una forma de mantener la piscina que cada vez está más extendida.
Y es que las ventajas de la cloración salina son indiscutibles. Además, pasarse de un sistema de limpieza basado en el cloro a otro de sal es de lo más sencillo. No requiere prácticamente ni obras ni grandes modificaciones.
Ventajas de la cloración salina
Si cada vez son más los propietarios de piscinas que eligen la cloración salina para mantenerlas limpias, esto es por las muchas ventajas que tiene este sistema. Para empezar el agua será más sana. Esta es una de las razones más importantes para elegir la sal frente al cloro. Se evitan así los picores e irritaciones que el cloro, mucho más químico, podía provocar.
Además, evitaremos el olor a cloro, bastante desagradable por cierto. Y también nuestro cabello sufrirá menos, ya que no se decolorará ni se quedará tan áspero. Y los trajes de baño no se estropearán tanto.
Por otra parte, si te decides por la sal acabarás con un molesto problema. Puede afectarte si te bañas habitualmente en una piscina tratada con cloro. Es el enrojecimiento de los ojos. En las piscinas de sal no se irritan.
Más puntos a su favor
Y es que cuando lo pruebas enseguida te das cuenta de la diferencia. El baño es mucho más agradable en una piscina tratada con sal que en una en la que la limpieza y el mantenimiento se hacen a base de cloro químico.
Pero hay más ventajas. La desinfección de las piscinas tratadas con sal es constante, ya que se evitan los picos de cloración. Además, se trata de un producto fácil de manipular, ya que no son químicos que haya que controlar. De hecho, se trata de un producto muy ecológico, puesto que no se producen residuos químicos que puedan ser perjudiciales para el medio ambiente.
Otra ventaja frente al cloro es que este sistema resulta bastante económico, ya que la sal es barata y no se necesitan productos de mantenimiento. Además, si eliges la cloración salina como método para limpiar el agua de tu piscina y mantenerla en perfecto estado, estará perfecta durante años. No tendrás necesidad de cambiarla. Y esto es porque la sal tiene una vida útil mucho más larga que la de cualquier sustancia química.
El funcionamiento de la cloración salina
Además de las ventajas que hemos enumerado anteriormente, hay una razón por la que los sistemas de cloración salina están a la orden del día. Y es que es un método sencillo que te ahorrará más de un quebradero de cabeza.
Utiliza la electrólisis para limpiar el agua, esto es, la descomposición de una sustancia en diferentes compuestos gracias a una corriente eléctrica. La electrólisis convierte la sal común (cloruro sódico) en un desinfectante potente y eficaz (hipoclorito sódico). Consigue eliminar las sustancias contaminantes que puedan estar presentes en el agua. El resultado es una piscina limpia, de aguas cristalinas, y sin bacterias ni algas.
Pásate a la sal y ahorra
Cambiar de un sistema de limpieza a base de cloro a un sistema de sal es muy sencillo. Por eso hay mucha gente que se decide. Solo hay que instalar el clorador a la depuradora y añadir la sal. Se tiene que poner 4 o 5 kg de sal pura por cada 1.000 litros de agua.
En cuanto a la regulación de pH que es necesario realizar, puedes instalar un regulador automático. Así se mantendrá siempre en perfecto estado, entre 7,2 y 7,6.
Por otra parte, tratar el agua de la piscina con sal supone un ahorro en consumo eléctrico, ya que un clorador salino no consume más energía de la que pueda gastar una bombilla, lo cual es otra ventaja más que se suma al hecho de no tener que comprar productos químicos.
Por tanto, aunque al principio tengamos que invertir algo de dinero para instalar nuestro sistema salino, a la larga estaremos ahorrando dinero.
Si tienes en cuenta todos estos factores (en especial el relativo a la mejora de la calidad del agua para nuestra salud) es fácil decidirse a cambiar el sistema de limpieza. Apostar por la sal parece la mejor opción, ¿no crees?
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.