Las webs y aplicaciones de segunda mano son una fuente inagotable de muebles para personalizar, y así es como encontramos esta cajonera con el tamaño perfecto pero que no se adaptaba estéticamente al espacio al que iba destinada. Así que nos armamos con botes de pintura y rodillos y manos a la obra.
Necesitábamos un mueble de un color clarito, ya que la habitación tiene muy poca luz y el azulón de la cajonera no ayudaba nada. Esta transformación es muy sencilla, sin florituras, sólo un cambio de color. Esto sería facilísimo si la cajonera fuese de madera, pero es de melamina así que tuvimos que pelearnos un poco con el material para que agarrara bien la pintura.
La cajonera antes
Necesitamos:
Cinta de carrocero
Lija de agua (grano fino)
Imprimación
Pintura
Rodillo de espuma
Barniz mate
Como la estructura es blanca sólo necesitamos pintar la parte frontal de los cajones, y en esta cómoda no se puede desmontar (y si se puede, no sabemos cómo), así que protegemos los límites con cinta de carrocero.
Para que la pintura quede bien sobre la melamina, primero la lijamos para abrir el poro, le quitamos el polvillo con un paño para que quede bien limpito y luego la cubrimos con dos capas de imprimación blanca. Podría ser suficiente sólo con uno de los dos procesos, pero no nos la queremos jugar.
Lija al agua
Primera capa de imprimación
Si decidís saltaros el lijado, aseguraos de que la superficie esté muy muy limpia antes de pintar.
Es muy importante usar un rodillo de espuma si no queremos que queden marcas. Es el mejor material para este tipo de trabajos, queda todo perfectamente liso.
Rodillo de espuma
Dejamos que seque muy bien (de un día para otro para asegurarnos) y ya podemos aplicar el color elegido para dejar nuestra cómoda la mar de bonita. Nosotras, cómo no, elegimos un tono muy claro de mint.
Los tiradores de nuestra cómoda son alargados y de plástico, y los hemos pintado de la misma manera que los cajones: imprimación y pintura. Otra opción puede ser cambiarlos por unos nuevos y así hacer el cambio de look completo (quizá lo hagamos más adelante…).
Y por fin el último paso, ¡el barnizado! Paso imprescindible si queremos asegurarnos de que nuestro mueble se mantenga en buen estado el mayor tiempo posible. A nosotras nos gusta más el mate, pero ya es cuestión de gustos. Para aplicar el barniz no es tan importante el uso de rodillo, ya que al ser transparente y menos denso que la pintura no se notan tanto las marcas de brocha, así que usad lo que os apetezca.
¡Et voilà! Un trabajo muy sencillo pero que le aporta a la habitación la luz que le faltaba.