El espacio negativo es una de mis herramientas favoritas en decoración. Aunque suene contradictorio, su efecto es de los que más impacto tiene en los espacios y cuando se planifica una composición, es de los más ricos en resultado estético.
En decoración, el espacio negativo nos aporta amplitud, drama, sensación de espacio y/o de vacío. Lo que es indudable es que provoca sensaciones y lo bueno es que arrastra la atención hacia el elemento focal.
Sea como fuere, lo cierto es que el espacio negativo nos da aire, hace que los elementos respiren, acentúa las formas, los colores y las texturas. La no presencia de este elemento decorativo añade presencia automáticamente a todo lo demás. Es como un efecto amplificador.
Lo curioso es que el vacío siempre despierta un contraste y la sensación de amplitud que provoca hace que los elementos destacados parezcan más pequeños. Por ejemplo, existe la creencia de que los espacios vacíos parecen más grandes y lo cierto es que es justamente al contrario. La causa es el contraste entre el vacío y el objeto, sea el que sea.
Este efecto visual es un arma poderosa en decoración. Por eso debemos bajar los cuadros, agrupar los complementos y dejar paredes vacías cuando queremos añadir un efecto más dramático y sensorial a nuestras estancias. El espacio negativo es uno de nuestros mejores aliados si queremos dotar de estilo a nuestros espacios, ¿no creéis?
Podéis acceder a todas las fotos y a sus fuentes originales en el tablero “Estilo en Decoración” de Ebom en Pinterest.
Sigue el tablero Estilo en decoración de Ebom en Pinterest.
The post El espacio negativo en decoración appeared first on Ebom.