Las vajillas son una parte muy importante de los complementos típicos de la casa. Cada estilo y tipo está destinado a un momento concreto. Si eliges en función de la clase de comida e invitados que tengas, tus eventos tendrán un éxito garantizado.
En primer lugar, selecciona la clase de vajilla según el momento culinario que vayas a celebrar: una cena, un almuerzo, un aperitivo o una merienda. No es lo mismo utilizar, por ejemplo, unos platos de cerámica blancos con los bordes dorados que un servicio con estampados florales. El primero sería fantástico para una cena totalmente formal, mientras que el segundo sería excelente durante una merienda con los amigos.
Diferentes materiales
Las vajillas están fabricadas de diferentes materiales, lo cual determina su calidad y resistencia. Las hay de Bone China: hechas de quarzo, restos de caolín y cenizas de huesos. Las de este material son normalmente blancas y muy traslúcidas. A pesar de su delicada apariencia son sorprendentemente resistentes. También las encuentras de Porcelana China, que contienen el mismo tipo de materiales que las de Bone China, pero sin restos de huesos, lo cual las hace menos traslúcidas. Son fuertes y resistentes a rayaduras.En tercer lugar existen las vajillas de Stoneware, material hecho de una arcilla más gruesa que la porcelana china. A la vista es opaco y más pesado. Apto para lavaplatos, hornos y microondas. Y por último, están las de barro, ya sean barnizadas o satinadas. Son la opción perfecta para ocasiones informales, casas de playa o de montaña. Se tiñen con colores brillantes y diseños vistosos.
Elegancia incolora
Los platos lisos de color beige o blancos son muy distinguidos, sirviendo de impecable carta de presentación en cenas o comidas. Para el uso diario, te aconsejamos emplear una sin demasiadas florituras, así podrás meterla tranquilamente en el lavavajillas. En los grandes almacenes las encontrarás a precios sin competencia.Es mejor reservar las más caras y elegantes para eventos especiales. Eso sí, te recomendamos sacar periódicamente la vajilla a la que no das un uso frecuente para acostumbrarla a los cambios de temperatura. Si no vas a emplearla en mucho tiempo, lávala con agua tibia cada tres o cuatro meses para que no se agriete con el paso del tiempo.
Consejos prácticos
Otro detalle a tener en cuenta es el estilo de vida que llevas, el número de personas que componen tu familia, la cantidad de invitados que tienes frecuentemente y el tipo de reuniones y actividades que acostumbras a organizar. La gran variedad que existe en el mercado en cuanto estilos, colores y composiciones te permitirá combinar las piezas con la decoración y crear ambientes desde lo más casual hasta lo más sobrios.Para no equivocarse y jugar sobre seguro, ten en tu casa al menos dos tipos de vajillas: una formal y otra informal para el día a día. Recuerda que una mesa bien puesta no sólo es sinónimo de orden, sino de personalidad. Es el complemento perfecto para que tus ocasiones especiales lleven tu sello. Asegúrate de tener siempre el juego completo: plato llano, de sopa, de postre, tazón para cereales, otro para consomé, plato para pan, redondo, ovalados, ensaladera, sopera, salsera, taza de café, taza de té, cafetera, tetera, azucarera y cremera.