Tras el jarro de agua fría de la semana pasada, hoy os debía sí o sí un post completamente optimista y fresco. Como ya viene siendo habitual, en ocasiones trato de “inspiraros” de alguna manera para que, como yo, seáis lo más felices posible a través de las cosas más pequeñas.
Evidentemente sonreír ante las adversidades del camino no es lo más fácil y por eso intento escribir estas cosas para que conmigo, avancéis en eso que llamamos felicidad, que a mi… También me cuesta un poco.
Durante estos días anteriores, cuando estuve algo ida, me dediqué casi en exclusiva a ver películas, ponerme al día con series, escuchar música y desaparecer un rato.
Totalmente al contrario de lo que debería hacer día y noche, que es estudiar y entrenar para mis oposiciones. Entiendo que las jornadas laborales a muchos no os permitan dedicaros a lo que más os gusta, pero estoy casi segura de que tenéis dos horas, al menos, para poneros el pijama y pensar en lo que más feliz os haga.
Os recomiendo una película que volví a ver la semana anterior, y que me hizo pensar mucho al respecto de un millón de cosas: “Hacia rutas salvajes”.
No pienso contaros la película y mucho menos el final, porque soy la primera que no soporta que la estropeen las tramas, pero sí quería hablaros un poco de lo que me hizo sentir otra vez.
Nada más empezó, quise cambiar mi lugar por el de Alex, el protagonista, y simplemente huir de todo y todos. Escapar, vivir cada aventura con la que soñaba de pequeña y por supuesto, ponerme a Eddie Vedder de banda sonora. Sin embargo, hacia la parte final de la película, hay un fotograma con el que me quedo y que siempre me ha hecho pensar:
Esto para mí significa que por mucho que a veces quiera huir, hacer una vida sola, para mi y sin la “molestia” de tener que estar pendiente de todo, siempre voy a echar la mirada atrás pensando en quién soy y gracias a quién soy como soy.
Como escribía Alex en ese fotograma, “la felicidad sólo es real cuando se comparte”, y no puedo estar más segura de ello. Ya sea con mi padre, con mi madre, con mi familia, con mis amigos, con mi novio. ¿No os parece que al sonreír, nos brillan más los ojos cuando esa sonrisa la estamos compartiendo?
Os lo vuelvo a decir, no tengáis miedo de compartir vuestra felicidad, estoy segura de que sabéis con quién tenéis que hacerlo.
Aquí mi tema favorito de la peli:
¡Ah! Y os adelanto un secreto que me hace feliz: planeo aprender punto de cruz lo más pronto posible, para crear mil cosas bellas que tengo en la cabeza… ¡Más noticias pronto!
Besitos!
Irina Vermeer.
y ahora… ¡SI ME QUERÉIS, SEGUIDME!