Esta semana, he vuelto a Madrid para pasear y perderme en sus calles. En negocios, cafeterías, tiendas preciosas y lugares donde te sientas a tomar un buen café y te quedas mirando su decoración cuidada y diferente.
Muchos de estos sitios, simplemente llevan consigo la importancia de un buen azulejo, que de una manera u otra, se encarga de dar color, textura, cambio y como no diferencia a algún interior.
Hoy en día en el mercado es cierto que la variedad es tal que va mucho mas allá del azulejo en sí, desde el satinado, al brillante, al de gran formato o las cenefas que antes inundaban cada cocina (algunas discretas y hasta con su aquel, otras…para directamente arrancarlas de horror).
En estos años de modas, de reinvención y de actualidad, los suelos hidráulicos se encargan de dar contraste y color. Los ladrillos tipo metro, de aportar un toque retro y brillante, o las formas geométricas, de darle un toque dinámico y divertido unido a otros materiales.
Yo ahora estoy planeando un cambio del baño, y buscar en la red, espacios que me inspiren me viene de perlas.
Por eso, hoy nos vamos a perder en el #hometour de la semana, con un espacio luminoso, delicado, y cuyo baño sin embargo, lejos de ser tan monocromático y natural, de repente añade color con baldosines geométricos en el suelo.
Así que …que pensáis… ¿Es importante un buen azulejo?
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