Cuando Óliver se puso en contacto conmigo para que le ayudara en su proyecto y me envío las fotos del estado en el que se encontraba el piso que acababa de comprar, me encantó el reto que me estaba proponiendo, era una transformación total!
Por suerte, su piso estaba muy cerca de donde vivimos, así que pude desplazarme para ver la obra a fondo.
Nuestro cliente, acababa de comprar un apartamento en un edificio antiguo, de algo más de 50 años y por el estado, saltaba a la vista que no había sufrido apenas cambios durante ese tiempo.
El objetivo estaba claro, quería acondicionar la vivienda para alquilarla lo antes posible con un estilo juvenil, sencillo y económico.
Para ello, había que modernizar y actualizar el espacio entero tirando tabiques para agrandar espacios, cambiando fontanería, electricidad, los suelos, la carpintería, la cocina y el baño (casi nada!). Así que después de la visita del arquitecto, nos pusimos manos a la obra con nuestro trabajo.
Este era el espacio antes de la reforma:
No tenemos muchas mas fotos, pero por el tipo de suelo del salón, podéis imaginaros como era el resto... El recibidor era estrecho y le seguía un pasillo todavía más estrecho que llevaba a las habitaciones y a la cocina.
Para agrandar el espacio y dejar paso a la luz, se tiró el tabique que dividía la entrada del salón. Además, también se tiró el tabique que separaba el pasillo y la cocina ya que ésta tenía un tamaño reducido y necesitábamos ganar espacio.
Y por último, a continuación de la cocina había un pequeño lavadero que integramos en ésta, consiguiendo una cocina xxl mucho más práctica que la distribución anterior.
Ya se que con imágenes lo veríais mucho más claro y prometo que en la próxima reforma, haré lo posible por hacer un reportaje como os merecéis.
Y después de muchas vueltas, varias visitas a Ikea y de mucho polvo por el medio, este fue el resultado:
Ahora el recibidor era amplio y luminoso. Bajo la ventana, colocamos un zapatero que sirve además para dejar las llaves al llegar a casa.
La trasera de la puerta la pintamos de blanco para integrarla con el resto de la decoración del salón.
El mueble que había en el salón estaba en buen estado y decidimos darle una segunda oportunidad pintándolo de blanco, además para hacerlo más actual, le quitamos la parte de estantería abierta de la derecha y los estantes superiores (podéis ver la foto del antes para verlo mejor).
El estante más largo, lo aprovechamos para colocar sobre el sofá decorándolo con unas pequeñas láminas que os enseñé hace tiempo en Pinterest.
Para el resto del salón elegimos muebles sencillos y fáciles de limpiar. El sofá es de piel sintética, por lo que su mantenimiento es muy sencillo y no hay problemas de manchas rebeldes. Por el mismo motivo, optamos por una alfombra que podemos limpiar fácilmente con una fregona. Un combo perfecto para cenas rápidas delante del sofá.
Al fondo y junto la puerta de la terraza, colocamos una mesa extensible con cuatro sillas plegables que no ocupan nada de espacio. Así ganamos una zona extra para recibir invitados, para trabajar con el ordenador (ya que es una zona con mucha luz) o para organizar cenas con amigos.
El punto fuerte de este piso es su pequeña terraza. Tiene una situación privilegiada con vistas a una calle larga y peatonal y el edificio de enfrente no es más alto que la misma, así que disfrutar de una cena de verano en ella será súper agradable. Espero que los nuevos inquilinos la disfruten al máximo.
En el baño, pintamos los antiguos azulejos con pintura blanca. ahorrando tiempo y dinero. Dejamos además la antigua bañera ya que estaba en perfecto estado y sustituimos el sanitario y el mueble del labavo por uno más moderno.
Los muebles de la cocina son sencillos pero muy prácticos. En la gran zona de la izquierda, se esconde un escobero, la zona de lavandería y una pequeña despensa.
La barra la hemos hecho a partir de una encimera de cristal para escritorio de Ikea y hemos encargado una estructura a medida.
Así hemos conseguido una zona para desayunos o comidas que no impide el paso en la cocina que visualmente, no se hace pesado.
El mobiliario elegido para la habitación, así como la cortina y las lámparas, son de Ikea, ahorrando así de forma considerada, pero sin renunciar a una decoración práctica y actual.
Pudimos conservar las molduras y los antiguos rosetones de la vivienda. Y para destacarlos, los pintamos del mismo color que la pared del frente de la cama.
Para potenciar la luz, elegimos un suelo gris claro. Además, le dimos una segunda mano a las puertas y ventanas antiguas, dándole una mano de pintura blanca. Las ventanas que daban al exterior (algunas dan a un pequeño patio interior cubierto), fueron sustituidas por ventanas nuevas para ganar en eficiencia energética.
Además, en el pasillo, se hizo un falso techo para empotrar unos alógenos y evitar así instalar lámparas.
En la pequeña habitación de invitados, colocamos una cama nido por si venía una pareja, para que pudieran dormir más cómodamente. No quisimos saturar la habitación porque no son más metros que los que se ven en la imagen de la derecha, y si los nuevos inquilinos necesitan ese espacio, no queríamos que se encontraran con algún elemento que se lo impidiera.
Los trabajos de cambio radical como el de esta casa son los que más me gustan. Me parece de lo más gratificante poder ver el antes y después tan drástico.
¿Os váis a embarcar en un proyecto similar y necesitáis nuestros servicios? Podéis consultarlos aquí o escribirnos a blancoydemadera@gmail.com.
¿Qué os parece el cambio en esta vivienda?