Es cierto que cuando tenemos una pieza de mobiliario de importancia y volumen, el cambio en tapicería es una fantástica solución que transforma y deja las piezas como nuevas haciendo que duren más. Pero también lo es que tapizar una pieza no es un proceso barato. Es un oficio artesanal, complejo e individualizado que se trabaja con cada pieza. Así que lo mejor es hacer una buena elección.
El problema más frecuente que yo me encuentro es el de las viviendas en las que habitan niños. Las manchas, los desgastes, los roces, meriendas, zapatos… Todos los enemigos imaginables de una pieza tapizada entran en acción en las estancias en las que viven niños.
¿Cuántos de vosotros los que tengáis niños, disponéis en casa de un salón para visitas vetado a la presencia de vuestros hijos?
No es tan frecuente, ¿verdad? Así que para las tapicerías al final optamos por fundas lavables de quita y pon. Pero aún así, las piezas tienen que estar tapizadas (y además, de vez en cuando nos podemos dar el gustazo de quitar las fundas para verlas en todo su esplendor).
En cualquier caso, incluso si optamos por unas fundas, lo primero es saber de qué material están hechas las telas que elegimos. No es lo mismo el material o la fibra, que el tejido, que es la forma en que las fibras se entrelazan (eso lo vemos en el post siguiente). Tenemos tres grandes grupos de tipos de fibras: naturales, sintéticas y mezclas.
FIBRAS NATURALES
Los algodones
El algodón es el tejido natural más común en textiles, y a la hora de tapizar ofrece numerosas variables, como lonetas o tela de Panamá. Si el tejido se compone de muchos hilos puede resultar muy resistente y además es muy versátil en cuanto a acabados, colores y estampados.
Foto: Terrain
Los linos
El lino es una fibra natural con cualidades parecidas al algodón y puede tejerse con fibras resistentes y densas o finas y delicadas. Su acabado característico es natural y con arrugas naturales, derivado de la poca elasticidad de sus fibras naturales. Lo mejor, sus cualidades térmicas. Absorbe la humedad y mantiene una temperatura fresca y agradable.
Foto: Urban Outfitters
Las lanas
Son cálidas y muy resistentes. Su grosor permite trabajar tejidos muy fuertes, y su composición natural de origen animal repele las manchas superficiales. Sin embargo, una vez que una mancha penetra en el tejido, es difícil de eliminar. Para climas cálidos pueden resultar incómodas, aunque en mezcla con otros tejidos, se crean telas fuertes y duraderas.
Foto: Abode Sofas
Las sedas
Estéticamente son de las más valoradas, por su brillo y su textura tan agradable. Sin embargo, son muy delicadas al uso y su presencia en tapicerías suele ser en mezclas para aportar un acabado especial.
Foto: French Bedroom
FIBRAS SINTÉTICAS
El mundo de las telas sintéticas es casi infinito, desde las artificiales, compuestas por elementos naturales trabajados por la mano del hombre, hasta las químicas, en cuya composición no hay ningún ingrediente natural. Aunque durante muchos años las fibras sintéticas se han considerado de baja calidad, aunque gran resistencia (emiten calor, son rígidas, sin caída, etc.), lo cierto es que la ciencia evoluciona rápidamente creando tejidos que cada vez se asemejan más a los naturales.
Foto: La Redoute
El desarrollo de tejidos de calidad de forma sintética ha posibilitado la creación de telas basadas en mezclas que aportan lo mejor de cada uno de sus materiales. Las posibilidades son infinitas y lo más importante es consultar siempre con los expertos, sea tapicero, sea vendedor de telas. Pero una vez que conocemos los materiales de los que están hechos las telas, veremos cuáles son los tejidos más habituales (en el próximo post).