Tradicionalmente, cada tipo de tejido se ha asociado a un período histórico concreto en un terreno geográfico concreto, bien porque la técnica para tejer de esa manera surgía ahí, bien porque su uso se extendía en aquella zona. En ese caso, las fibras que estuvieran más extendidas en esas regiones predominaban en un tejido u otro. Hoy día, esas formas de tejido se han ido extendiendo y la mezcla de fibras ha hecho que a menudo una técnica de tejido se mezcle con otra, o incluso que las confundamos, porque en un país se denomina de una manera lo que en otros se llama de otra forma.
En mi caso, yo me quedo con las telas de tapicería más comunes de nuestro entorno, y también las que más me gustan, aunque debo confesar que en mi investigación para este post, ¡he descubierto nuevos diseños para tejidos tradicionales que me han sorprendido muchísimo!
LOS TEJIDOS
Cretona
Tela fuerte de algodón, que puede ser lisa o estampada. Suele ser algo rígida, con algo de apresto, y normalmente la identificamos con telas de estampado floral grande, con un aire muy clásico. Como en origen se realizaba con lino, es habitual que los diseños presenten fondos de tono natural.
Los tapizados en cretona se identifican con espacios de aire afrancesado.
Foto: Urban Outfitters
Chenilla
Es un tejido cálido, agradable al tacto, suave y muy sufrido. Su acabado puede ser aterciopelado, según la largura del pelo, pero en realidad se trata de una felpa. Lo más habitual es que se componga de algodón con algunas mezclas de tejidos sintéticos.
La variedad de colores la hace muy versátil para ambientes de uso frecuente.
Foto: Urban Outfitters
Chintz
Se trata de un tejido alegre, con estampado de colores vivos con motivos florales y naturales. Se compone normalmente de algodón, que se trata con una capa de cera que le aporta brillo. El estampado se le aplica en una sola cara.
Los tapizados de este tipo nos recuerdan a espacios de aire inglés, aunque su uso también fue muy frecuente en Francia y otros países de Europa.
Foto: Mon Colonel
Loneta
Una tela con base de algodón resistente, sólida, fuerte y de gran densidad, que se está haciendo cada vez más común. Dependiendo de su composición, es además fresca y con capacidad de absorción de la humedad, lo que la hace agradable al tacto.
Aunque normalmente la asociamos a ambientes de exterior, la loneta se está generalizando en tapizados asequibles también en interiores, dada su versatilidad y variedad en diseños y colores.
(Foto: casa de Lilly Bunn en One Kings Lane)
Terciopelo
Es la tapicería de moda, sin duda. Los sofás y las butacas en terciopelo son tendencia, mucho. Son elegantes, cálidos y muy, muy agradables al tacto. Existen distintos materiales y composiciones en terciopelo, desde las sedas más delicadas y agradables, hasta las fibras sintéticas más robustas. Y por supuesto, distintas variedades en algodón.
Los acabados más bonitos suelen tener colores intensos y hay que tener cierto cuidado para que no pierdan el color. Para su limpieza, lo mejor es aspirar de vez en cuando y en tejidos más resistentes, tratan las manchas con vapor.
Foto: Rose & Grey
Tweed
El tweed es el típico tejido escocés, con base de lana, que crea un estampado en espiga y con algo de pelo. Las tonalidades predominantes suelen ser marrones, rojizos y ocres, lo que la hace ideal para ambientes en los que queremos crear espacios acogedores. Muy asociado a estilos tradicionales y habitualmente combinado con maderas nobles, como el caoba, el roble o el nogal, sin embargo, es tan reconocible su aspecto que puede jugarse a los contrastes con maderas más claras.
Otros tejidos muy conocidos y asociados a telas de gran calidad son el Brocado, el Otomán, el Damasco, el Moaré o los Jacquard. Todos ellos tienen aplicaciones actuales que los alejan de los aspectos más clásicos y merece la pena investigar un poco para encontrar estas nuevas variantes.
De todos modos, el mundo de las telas es tan enorme que lo mejor es siempre consultar con un especialista en las tiendas de tejidos.