Sigo con mi participación en el reto que facilisimo nos propuso a las bloggers que participamos con ellos en el canal decoración. Este post es el segundo de una serie en el que iremos presentando cada una de las estancias de nuestras casas.
El mes pasado participé con MI SALÓN, y este mes la petición es que mostremos nuestra cocina,
Si leíste el post sobre mi salón, sabrás que mi casa es fruto de una completa restauración. Fuimos distribuyendo de nuevo todas las estancias, si bien colocamos el salón en una zona donde todo eran pequeñas habitaciones derribandolas para crear un espacio diáfano, decidimos que la cocina debía ir lo más cerca posible y la pusimos en lo que había sido una antigua sala de estar.
A un nivel más elevado que el salón, accedemos a la cocina por una abertura sin puerta subiendo dos escalones. Las únicas puertas de la casa son las que cierran los baños y dormitorios, el resto decidí dejarlo abierto.
MI COCINA
El punto focal de esta habitación vuelve a ser la piedra conservada solamente en una pared para no recargar el ambiente ya que las vigas tienen, también, un papel importante. En el techo nos encontramos que había que sustituir alguna viga de madera que estaba en mal estado. y en lugar de cubrirlas, las dejamos vistas y lo solucionamos enyesando la zona reparada. Esto ha creando un contraste del que estoy muy satisfecha. El resto de paredes se pintó en verde pistacho para aportar un poco de vida.
Los muebles y la encimera de líneas sencillas son de IKEA, los escogí tanto por su diseño como por su precio, ya que la reforma se estaba comiendo nuestro presupuesto a marchas forzadas…pero yo siempre sigo que lo importante es el envoltorio, creo que con una buena base la decoración posterior queda en un segundo plano, ya que consigues que todo luzca mejor.
Una vez concluida la reforma le toca el turno a los detalles, éstos son el broche final en toda decoración y los míos, como siempre, son objetos que he ido recopilando a lo largo de mi vida y que los conservo, no sólo por su belleza, sino, porque para mí tienen un valor sentimental. No son muchos porque siempre me ha gustado tener la cocina lo más despejada posible:
Mi pequeña colección de sifones (cada uno de un lugar significativo de mi vida)
La calabaza de cerámica (escondite perfecto para los estropajos)
La lechera (herencia de una amiga)
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