Uno de los requisitos o de las claves que he aprendido en mis años de colaboración con algún grande del interiorismo, ha sido como con su maestría, detalle y estudio, el jugar con la iluminación, era lo que enriquecía un proyecto. Como las luces y sombras se hacían parte de la decoración y como muchas veces, una arquitectura bien iluminada era el leit motiv de un proyecto, haciendo que realmente fuera esto lo que destacara sobre el resto.
Esto vamos a verlo clarificado en el proyecto de uno de los grandes estudios de interiorismo de este pais, Egue y Seta.
Y es que sin duda, este pequeño apartamento de Barcelona, es un claro ejemplo de como la combinación de luz y forma, se encarga de coronar y poner la guinda que destaca cada espacio.
Ilumina los espacios consiguiendo que se realcen sus formas de arquitectura y en el que las sombras también formen parte de la decoración.
Desde una cocina abovedada, con estructuras que se iluminan y realzan, a un mobiliario en el que de repente los objetos casi flotan.
Maestría, coordinación y color en un lugar cuyo resultado es sin duda el toque justo de “excentricidad” con el que conseguir un espacio de 10.
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