ANTES
Se partió de un dormitorio pintado en tonos oscuros y apagados que poco dejaba entrever la explosión de color que se avecinaba. Los muebles, también en tonos oscuros, se decidieron mantener para aportar el color a través de los distintos accesorios y en contraste con éstos.
Justine Blakeney
DESPUÉS
Tras una buena mano de pintura para cambiar a una paleta de color más luminosa y alegre, se reubicaron los muebles grandes para encontrar la disposición más funcional posible, añadiendo también un amplio y cómodo sofá para adaptarse a las necesidades de alimentación de los primeros meses del lactante, así como para dar y recibir arrumacos.
Una vez ubicados los elementos más grandes, se continuó añadiendo capas con distintos elementos en colores y texturas variadas para dar ese toque bohemio y ecléctico que tan bien sabe manejar Justine.
Según palabras de la propia diseñadora, querían darle un “toque playero, selvático, tropical y de safari a la vez”, todo en uno y sin que ningún estilo predominara sobre el resto. Una mezcla que consiguió realizar combinando colores fríos y cálidos, incluyendo variedad de texturas que van desde el ligero voile de las cortinas, a las mantas de pelo de oveja o el acabado brillo de pufs y cojines e introduciendo la cantidad justa de plantas en macetas que le da ese aire salvaje.
Os dejamos con las fotos de la espectacular transformación:
Justine Blakeney
Justine Blakeney
Justine Blakeney
Justine Blakeney
Justine Blakeney
Justine Blakeney
Justine Blakeney
Justine Blakeney
Justine Blakeney
Sin duda, un ejemplo de que con poca inversión y mucha imaginación, se puede transformar un espacio radicalmente. A nosotros nos fascina ¿y a vosotros?