Los virus han llegado a la capital y, como no podía ser de otra manera, han invadido nuestro estudio. Pero don´t worry, los tenemos controlados. Aunque la semana pasada no nos dieron tregua y no pudimos publicar la entrada semanal.
Cuando escribimos un post solemos intentar ponernos en vuestra piel y adivinar aquellos temas que os pueden interesar, pero hay algunos de ellos que, por deformación profesional, nos es imposible conocer.
Así que, en vez de elucubrar directamente, hemos “engañado” a unos amigos (y futuros clientes) ajenos a nuestro mundillo, que además se acaban de comprar una casa, para que nos digan aquello que les quita el sueño y echarles una mano para que el único motivo de desvelo sean sus dos peques.
Hemos visto que las dudas giran en torno a tres grandes grupos: proyecto, materiales y obra. Para contestarlas a todas en profundidad sin que esto se haga más largo que el Antiguo Testamento, vamos a dividir este post en dos. ¡Emmmpezamos!
CREENCIAS Y DUDAS SOBRE EL PROYECTO
Antes de nada queremos aclarar que vamos a responder desde nuestra humilde opinión y desde nuestra forma de trabajar, que si lleváis un tiempo siguiéndonos sabréis que es muy distinta a la forma tradicional de hacerlo. Muchas de las dudas que se plantean podrían resolverse con dos palabras: “metodología emmme”, así, sin abuelas que estamos. Hay que tener muy claro a quién le estamos confiando nuestro futuro hogar y que no todo el monte es orégano. A buen entendedor…
Creencia: No contratamos a nadie porque nos va a dar ideas que se salen de nuestro presupuesto.
Al contrario, un buen profesional es aquel que te ayuda a identificar donde es mejor invertir tu dinero y te puede aclarar cuánto cuesta cada cosa. A veces tenemos ideas cuya materialización es cara pero dándole la vuelta y usando la creatividad y la experiencia se puede obtener el mismo ”efecto” con medidas más económicas.
Cuanto más amplia es la mentalidad y la creatividad de un profesional mejores soluciones puede dar a esa falta de presupuesto.
Creencia: Tenemos miedo a idealizar el resultado porque nuestras referencias son estupendas y amplísimas casas de revistas y la nuestra es más pequeña.
Desde pequeñitos nos han enseñado a tener ídolos. A seguir modelos, a querer ser, a querer parecernos a… y eso lo proyectamos en el resto de los ámbitos. Nos hacen creer que necesitamos esas casas de revista estupendas a las que no podemos optar, y nos sentimos frustrados porque ni tan siquiera conseguimos que la nuestra dure ordenada ni medio minuto. Por no hablar del tamaño, los muebles de diseño, etc. etc. pero… en realidad esas casas no las necesitamos. No se adaptan a nosotros, la casa de nuestra vida tiene que ser aquella que nos permita ser felices y que resuelva nuestras necesidades reales. Hogares diseñados por y para nosotros. Crear espacios que cuando lleguéis a casa, sintáis realmente que es vuestro hogar y así estamos seguras de que para nada echareis de menos la casa de Isabel Presley y sus bombones.
Una casa no es pequeña, solo está mal aprovechada. La respuesta es la optimización y la versatilidad.
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Duda: Nos gustaría arriesgar como en las revistas pero luego somos súper conservadores por miedo al error.
Las revistas arriesgan porque son eso, revistas. Nuestra forma de arriesgar quizá tenga que ser más comedida, y tiene que ir con nuestra personalidad. Esto es un poco como en la moda, las colecciones de la Milan Fashion Week se adaptan para que la gente las pueda llevar por la calle. Hay que estar cómodos con lo que llevamos para no sentirnos disfrazados. En nuestro hogares pasa igual, los “vestiremos” según nuestra personalidad: si tú “eres azul “puedes convertir un espacio sólo usando unos cojines amarillos, eso es un riesgo seguro y asumible.
Es decir, dejar de soñar con casas de revista para soñar con tu propia casa.
Duda: ¿Estaremos a gusto cuando termine la reforma y ya no tenga remedio?
Esta duda solo tiene lugar si os habéis lanzado a hacer una reforma sin pensar y dejándoos llevar por los consejos que alguien os pueda dar sin cuestionarlos. Es como los medicamentos, la vecina te dice unas pastillas que le vienen de lujo para el dolor de cabeza, pero es que lo mismo la causa del dolor no es la misma. Hacer una reforma de una casa propia es algo muy importante, que seguro marcará el transcurso de tu vida.
Sentarse a pensar, reflexionar sobre que es lo que necesitáis, imaginar cómo puede cambiar vuestra vida y cómo vuestra casa tendrá que asumir esos cambios… Para diseñar vuestro hogar hace falta implicarse y rodearse de gente que te pueda ayudar a ello; no es bueno hacerlo por vuestra cuenta, ya que luego pueden surgir dudas de si no había otras opciones, ni tampoco es bueno dejarlo en manos de un profesional y desvincularse porque seguramente hará un proyecto maravilloso, pero ¿para quién, para vosotros o para él?
Si cuando terminéis de diseñar vuestra casa podéis preguntarle a ese diseño cualquiera de vuestras necesidades y os da una respuesta, seguro que estaréis a gusto en vuestro nuevo hogar.
Duda: No sabemos qué opciones hay sobre el tema de la iluminación, en las casas que hemos estado hasta ahora hemos puesto las lámparas que tocaban y punto.
La iluminación suele ser el gran tema olvidado en una reforma, normalmente por desconocimiento. Un espacio mal iluminado puede hacer que la mejor estancia de una casa sea un desastre con mayúsculas, puede hacernos cambiar hasta el estado de ánimo.
Pensar que la iluminación es algo que se puede solucionar a posteriori con el uso de lámparas auxiliares es un error. Cuántas veces hemos pensado; jo si tuviera más luz aquí, o si pudiera atenuarla allá…
Un buen proyecto de iluminación en relación a los usos de cada estancia y a nuestra personalidad, puede ayudaros a que vuestra casa sea mucho más cómoda y os haga ser más felices.
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Duda: No sabemos cómo hacer para que los espacios y el mobiliario de nuestra casa se vayan adaptando al paso del tiempo. Por ejemplo, los cuartos de bebes son monísimos, pero nuestros hijos se han pasado la mayor parte de su tiempo de bebés en nuestra habitación y ahora hemos tenido que adaptar su habitaciones y nos hemos deshecho de un montón de cosas prácticamente sin usar.
Aquí podemos hablaros de uno de los principales puntos de nuestra filosofía, hay que diseñar pensando en las necesidades, pero no solo en las presentes, sino también en las futuras.
Está claro que hay cambios en la vida que no se pueden prever pero la mayoría de ellos sí; si vamos a tener hijos, que nos haremos mayores… Buscar soluciones versátiles, espacios transformables, mobiliario adaptable, etc. hace que nuestra inversión sea rentable, ya que hay ciertas reformas que son pan para hoy y hambre para mañana.
Diseñar para el futuro es hablar de gasto útil y ecología real, al no tener que gastarnos el día de mañana otra vez los euros, además de tener que deshacernos de un montón de cosas que irán a la basura.
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Creencia: Cuando éramos jóvenes nos preocupaba más la estética, según van pasando los años y, sobre todo con dos niños, lo fundamental es la comodidad y practicidad.
Estética y comodidad no tienen por qué estar reñidos, en nuestra sociedad parece ser que, o eres lista o guapa, pero las dos cosas son incompatibles. Falso. Lo que tenemos que hacer es estudiar cómo es nuestra casa y ver qué es lo que mejor le sienta.
El concepto de lo bello es diferente en cada persona; por lo tanto nuestra casa, a quien le tiene que parecer bonita es a nosotros. Lo mismo pasa con la comodidad. Que una casa sea cómoda es que se adapte a nosotros y no al contrario.
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Y hasta aquí las dudas del día ;) ¿Tenéis las mismas? Si se os pasa cualquier otra por la cabeza sobre la fase de proyecto, disparad sin miedo, nos encantará tranquilizaros.
¡A pasar una gran semana!
PD: Gracias chicos ;) Esperamos poder haberos aclarado algunas cosas y que esto sirva para otra gente que esté en vuestra misma situación.
El equipo de emmme studio