Si tienes la suerte de contar un baño grande o tienes la posibilidad de redistribuir el espacio, crear una zona de vestidor puede ser una gran idea. Ubicados en el baño, además, aportan un toque de elegancia y lujo al espacio, así como la comodidad que supone el hecho de tenerlo todo a mano al salir de la ducha, especialmente en invierno, cuando tienes que pasar del baño al dormitorio para vestirte. Pero quizás, antes de decidir si integras el vestidor en el baño, debes pensar si dispones del espacio suficiente para abrir y cerrar las puertas de los armarios y para cambiarte con comodidad.
Los materiales que debes utilizar en esta estancia deberán ser resistentes a la humedad y a los cambios de temperatura si no quieres que la ropa se estropee. En las fotos de inspiración siempre quedan muy bonitos los armarios abiertos y sin puertas pero en este caso en concreto y para mi gusto, es imprescindible poner puertas en los armarios evitando así que las prendas se vean afectadas por la humedad. Los acabados lacados como las maderas tropicales son opciones muy resistentes y perfectas para un vestidor integrado en un baño. La luz también es otro punto a tener en cuenta. Es importante potenciar la luz natural y evitar interrumpir el paso de la misma con elementos frente a la entrada de la misma. Es conveniente usar luz tenue y envolvente para crear espacios que inciten al relax sin olvidarte de iluminar correctamente la zona del vestidor.
Y en ningún vestidor que se precie puede faltar un buen espejo que te permita verte de arriba a abajo, así como una silla para calzarte y descalzarte sin problemas. Tampoco está demás incluir un galán de noche ideal para dejar la ropa usada del día al llegar a casa y ducharte.
En definitiva, integrar en la misma pieza un área para vestidor y otra para aseo y relax, permite que la conexión entre ellos sea práctica y armónica.
¡Feliz día a todos!
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