Kiki Van Eijk (1978, Eindhoven, Países Bajos) se graduó Cum Laude en el año 2000 por la Academia de Diseño de Eindhoven.
Su proyecto de graduación, inspirado en los bordados, dio lugar a su famosa Alfombra Kiki de puntada cruzada, que despertó mucho interés y atención en el mundo del diseño.
En 2001 abrió su propio Estudio, que comparte con el que es en la actualidad su pareja y padre de su hijo Puk (nacido en 2014), el diseñador Joost van Bleiswijk.
Ambos han unido sus fuerzas en su Estudio en Strijp (una antigua ciudad en la provincia de Brabante Septentrional, ahora un municipio de Eindhoven) y son una excelente representación de la nueva generación de diseñadores holandeses.
“Nunca pedí dinero a mis padres para montar mi empresa. Y ésta ha crecido hasta convertirse en lo que es ahora (¡hasta con un taller totalmente equipado con herramientas y máquinas!). Todo gracias a que he seguido a mi corazón y a mis sueños“, declara en una entrevista a Ana Rodríguez Frías para la revista Elle (28/02/2014).
Esta holandesa domina lo mismo la artesanía tradicional que la tecnología, el handmade de la producción industrial. Mediante el uso de técnicas antiguas y nuevas, aplicadas sobre un objeto inesperado, Kiki no sólo sorprende a los espectadores de su trabajo, sino también a los fabricantes y artesanos que hacen sus diseños.
El concepto, los materiales, la estructura y la técnica deben estar en equilibrio para crear un diseño sorprendente y nuevo. Encuentra alegría y amor en trabajar así y le da mucha importancia en “hacer cosas a mano y con mimo“.
Gran parte del trabajo de Kiki y Joost van Bleiswijk se basa en la forma de hacer de los talleres tradicionales y en un respeto por el arte, trabajando de forma independiente la mayoría de las veces, pero en otras ocasiones también haciendo colaboraciones.
Kiki Van Eijk se inspira en el mundo icónico femenino y en las cosas que nos rodean a diario, les da su “toque” y las reinventa para hacerlas únicas.
Su enfoque nostálgico combinado con su estilo poético y personal, inspirado también por la artesanía, cobra vida en una amplia gama de trabajos, principalmente ediciones únicas o limitadas, y abarca muebles, cerámica, cristalería, alfombras, iluminación y textiles.
Los recuerdos, la memoria y la tradición son importantes en sus obras “porque están cerca de mi corazón; y le dan un significado y un alma a los objetos que hago”.
El trabajo de Kiki Van Eijk es fácilmente reconocible. La primera visión puede parecer que haga un trabajo suave y juguetón, pero Kiki incluye varias capas en sus diseños que dejan ver aspectos más duros.
Piezas en realidad hechas de metal, cerámica, cristal, madera… texturas fuertes y nobles con las que Kiki hace magia.
Esta actitud también influye en sus proyectos más industriales, lo que hace que sus diseños estén excepcionalmente bien elaborados.
Kiki Van Eijk ama las historias. Sus dibujos y bocetos podrían haber servido para ilustrar las imaginativas historias de ”Mary Poppins“ o ”Alice in Wonderland”. Ella encuentra su inspiración en objetos cotidianos hermosos y detalles sorprendentes, y se convierte en una coleccionista de ellos, principalmente en su cabeza.
Las colecciones propias que hace se presentan y venden en todo el mundo, en galerías y museos de Londres, París, Nueva York, Milán, Colonia, Tokio, Montreal, Amsterdam, Utrecht, Rotterdam, Eindhoven, Nicuw Rhoden, Bruselas etc.
Además de su propia colección trabaja en proyectos para empresas e instituciones como el Studio Edelkoort de Paris; la Academia de Diseño Eindhoven; Moooi; Van Kempen & Begeer; Häagen-Dazs; Serax; Bernhardt Design; Forbo Flooring; Museo Audax Textiel; Museo Zuiderzee Enkhuizen; Nodus; Museo Noord Brabants; Laikingland; Rijksmuseum; Ahrend Creating Office Lifestyles; Hermès y coleccionistas privados.
Su trabajo suele aparecer en publicaciones tales como Wallpaper Magazine; Elle deco; Harpers Bazaar; Vogue U.K.; Icon; Glamour; New York Times y The International Design Year Book, etc.
“En estos tiempos de cambios vertiginosos, me parece importante permanecer inmóvil ante el objeto cotidiano que se hace con amor. La autonomía es muy importante en mi trabajo para tener la libertad de ser tan personal como me gusta sin distraerme en los deseos de los clientes. O la libertad de pasar una gran cantidad de tiempo en una serie de productos con el fin de obtener el resultado más original y la mayor calidad posible. Elijo trabajar no sólo con materiales sostenibles, sino también con productos que tienen una imagen eterna y atemporal”.
“Mi meta personal en el diseño es hacer productos que sean extremadamente especiales y que soporten el tiempo debido a sus cualidades autónomas, personales y exclusivas“.
Kiki Van Eijk (pág. web).
Kiki Van Eijk, y “A-frame” daybed (2016) para la Galería Nilufar (Milán), edición de 8 piezas.