Una cama acogedora, suave e inmaculada, puede ser la representación perfecta del paraíso en la tierra, al menos para los más dormilones. Y es que la ropa de cama blanca le da al descanso nocturno una nueva dimensión. Te contamos por qué es una gran idea elegirla y cómo lograrás mantenerla perfecta durante mucho tiempo.
Me encanta la ropa de cama blanca. Me parece la forma más elegante, y acogedora a la vez, de vestir la cama y determinar la decoración del dormitorio. Porque la ropa de cama tiene mucho que decir en lo que a este aspecto se refiere. De hecho, elegir las sábanas, la colcha o el edredón es una tarea en la que debemos poner atención. De ello dependerá, en parte, que nuestro descanso sea reparador, placentero y agradable.
Ropa de cama blanca, de ayer, de hoy y de siempre
Hubo un tiempo en el que las sábanas blancas inmaculadas, con sus bordados o sus puntillas, me parecían anticuadas. Eran para mí resquicios de un pasado que no me atraía. En aquellos momentos, yo prefería vestir mi cama de colores más intensos, incluso muy oscuros, porque me resultaba mucho más moderno y especial. Creía que el dormitorio resultaba así más elegante.
Sin embargo, ahora lo que realmente me gusta son las camas blancas como las de antes. Puede ser por la edad, o por el gusto por lo vintage. El caso es que hay pocas cosas tan placenteras que deslizarse entre unas sábanas blancas, limpias, suaves y frescas. Sobre todo, si son de un tejido agradable, de calidad.
Por eso, cuando tengas que renovar tu ropa de cama, plantéate elegir un buen juego de sábanas blancas. Quedarán perfectas en cualquier dormitorio, sea este del estilo que sea.
Cómo cuidarla para que esté siempre perfecta
A la hora de elegir la ropa de cama blanca, hay un requisito fundamental. Es importante que inviertas en calidad. Y es que cuanto mejores sean tus sábanas, más confortables te resultarán y más te durarán. Si lo piensas, a la larga compensa gastarse un poco más de dinero, ya que tendrás mejores sábanas, te durarán más tiempo y te encantará usarlas.
Cuando compres un nuevo juego de sábanas, lávalas antes de usarlas por primera vez. Eso sí, bastará con un lavado ligero y corto con agua fría.
La mejor forma de lavar tu ropa de cama blanca
Puede que te gusten las sábanas de algodón, más resistentes, o que prefieras las de satén o hilo. Sea como sea, acostúmbrate a lavarlas con delicadeza, para conseguir que sufran lo menos posible. Ten en cuenta que los lavados frecuentes son una de las cosas que más estropea los tejidos.
A la hora de lavar las sábanas, elige bien el programa de lavado. Si cambias las sábanas con la frecuencia adecuada (los expertos recomiendan hacerlo una vez a la semana) no estarán demasiado sucias, por lo que podrás optar por un lavado no demasiado largo y en agua fría o a 30 grados.
También es importante que el centrifugado no sea excesivamente largo. Con las lavadoras actuales no hay problema. Podrás elegir el centrifugado que necesites, con más o menos revoluciones y duración. Elegir uno corto y no demasiado fuerte te ayudará a evitar que se arruguen mucho y te costará menos plancharlas. Esto es importante sobre todo si las sábanas son 100% algodón, ya que se arrugan más.
Cuidado con usar productos agresivos
Otra recomendación que has de tener en cuenta para lavar bien tu ropa de cama blanca, es la de no mezclarla en la lavadora con prendas de colores muy intensos u oscuros, ya que estas podrían desteñir y manchar tus sábanas blancas.
A la hora de usar blanqueadores, procura evitar todo tipo de productos químicos que lleven cloro, como la lejía. Resultan muy agresivos y acaban debilitando las fibras de las telas. Mejor opta por blanqueadores ecológicos, que sean biodegradables y que respeten el medio ambiente. Suelen estar formulados a base de ácidos cítricos, alcoholes naturales o percarbonato de sodio. Esta última es una sustancia natural, que no resulta tóxica ni contaminante.
El planchado es importante
Después de lavar convenientemente tu ropa de cama blanca, llega el momento del planchado. Puede que quieras engañarte y decirte a ti mismo que planchar las sábanas no es tan importante. Estás en todo tu derecho, pero no puedo darte la razón.
Planchar las sábanas antes de colocarlas en la cama no es una tarea fácil, pero sí necesaria. Además, la dificultad también depende del tipo de tejido. Tanto el algodón como el hilo o el lino se arrugan bastante.
Para hacerte la tarea más sencilla, elige una buena plancha. O, lo que es mejor, un centro de planchado. Un truco para que resulte más fácil es planchar las sábanas ligeramente húmedas.
En cualquier caso, y aunque plancharlas para dejarlas perfectas sea un poco latoso, merece la pena hacerlo. Lo notarás cuando retires el embozo de tu cama y te metas entre esas sábanas maravillosas. ¡Será una delicia!
Fotos: Zara Home.
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.