Porque eso sí, el cambio de distribución fue total. El piso, con unas dimensiones muy reducidas (60m2), tenía una cantidad de tabiques y particiones que lo convertían en un piso oscuro y complicado. Nada más entrar había un recibidor mini y totalmente innecesario, y entre la cocina y el comedor había también un cuarto trastero que restaba mucho espacio a ambas zonas. Así que lo primero fue, ¡tabiques fuera para crear un espacio único, abierto, diáfano y luminoso de entrada, cocina y salón comedor! ¡El cambio es de cero a cien! Las imágenes creemos que lo plasman bastante bien. =)
Aquí podéis ver el antes pero con alguno de los tabiques ya tirados. ¡No os imagináis la sensación de desahogo al ver el espacio amplio y con luz!
¡Y aquí tenéis el después! Como ya comentábamos, la zona de día se unificó toda en un gran espacio diáfano que integra entrada, salón, cocina y comedor. La cocina queda un poco retranqueada y escondida, con lo que queda un poco oculta de la visión nada más entras en la vivienda. Junto a ella, una gran lámpara de techo marca el sitio donde debe ir colocada la mesa de comedor, cerca de la cocina para que sea más cómodo.
Debido a la antigüedad del edificio, hubo que reforzar con mallazo y hormigón el forjado, y también restaurar y recuperar las vigas de madera originales. Eliminamos el falso techo y dejamos las vigas y la estructura de bovedilla vistas. Para el suelo elegimos un porcelánico efecto hormigón, muy resistente y en un tono de gris que, junto con el blanco de las paredes y el mobiliario de madera de la cocina, forman un mix ganador.
También se recondujeros las canalizaciones y los desagües para cambiar la ubicación de la cocina y el baño. El baño quedó a la izquierda de la puerta de entrada, y la cocina (más alejada), a la derecha. El mobiliario de la cocina es de Ikea, porque querían algo muy funcional (en Ikea son maestros para esto), y además era una forma de abaratar costes, porque el gasto en obra ya suponía una inversión importante.
Los dormitorios, uno al lado del otro, ganaron también en amplitud y les colocamos armarios empotrados. También hicimos un estudio de la iluminación, con varios puntos de luz indirecta que le dan mucha calidez. Y para aprovechar bien el reducido espacio del baño, colocamos un mobiliario muy sencillo, con unas baldas de madera, un lavabo sobre encimera y un chapado blanco total para que tuviera mucha luz. Y dejamos un hueco en el techo (justo encima del espejo), para colocar una luz cenital que le da mucha vidilla.
Como véis, un piso pequeño pero con un cambio radica. A nosotras por lo menos nos lo parece, ¡que estar ahí metidas antes de la reforma era agobiante mil! =)
Aquí tenéis a uno de los responsables de Casastar (los grandes profesionales con los que realizamos las reformas), y a Diana repasando la vivienda antes de entragarla. Como podéis comprobar, Diana lo prueba y lo reprueba todo antes de abandonar el campo de batalla, para que no haya fallos. La veis subiendo y bajando los screen, asomada al balcón comprobando ventanas, etc... ¡Ella es así! Y por eso da gusto trabajar a su lado =)
¡LISTO PARA VIVIR!
No sabéis qué gusto verlo todo tan nuevo, limpio, blanco, luminoso, etc...
¿Qué os ha parecido el cambio?
¿Compensa hacer este tipo de reformas radicales en pisos pequeños?
¡Sí, y mucho!
¡Esperamos que os haya gustado!
três
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