Estos son los ingredientes que vamos a necesitar:
- 200 gr. de galletas (tipo Digesta)
- 3 cucharadas de mantequilla
- 500 ml. de nata
- 6 cucharadas de azúcar
- 200 gr. de queso crema (queso de untar)
- 1 vaso de leche
- 2 sobres de preparado para cuajada
- 200 gr. de mermelada de frutas del bosque (puede ser también de arándanos, frambuesa o moras)
- 50 ml. de zumo de limón
- 50 gr. de grosellas (también puede ser arándanos, frambuesas, moras)
En primer lugar tenéis que triturar las galletas hasta reducirlas a migas. Lo más sencillo sería picarlas con una picadora, pero yo os recomiendo que las aplastéis manualmente, puesto que la textura de la galleta queda mejor siendo migas más gorditas, que migas súper trituradas. Para que no se desparramen, yo meto las galletas en una bolsa (de las de congelar), y las voy aplastando poco a poco con un mortero o con un rodillo.
Cuando ya las tengo en su punto las coloco en un bol y le mezclo la mantequilla derretida previamente (bien al baño María o directamente en el microondas).
Una vez que se ha mezclado uniformemente, lo echo sobre un molde prensándolo bien y cubriendo todo el fondo. El molde puede ser de tipo desmoldable o cualquier otro, yo personalmente uso uno de cristal.
El siguiente paso es hacer la crema de queso, por un lado mezclamos la nata, el azúcar y el queso crema y lo ponemos al fuego para que se vaya calentando.
Por otro lado mezclamos la leche con el preparado para cuajada.
Cuando la mezcla que tenemos al fuego vaya a hervir le incorporamos nuestra mezcla de leche y preparado para cuajada. Para que se quede una mezcla totalmente homogénea y sin ningún grumo, yo lo bato con la batidora. (También se pueden batir las dos mezclas por separado y volver a batir cuando estén mezcladas).
La mezcla anterior la echamos en nuestro molde sobre la galleta prensada y la metemos en el frigorífico. En el frigorífico tiene que estar por lo menos tres horas. Yo casi siempre estos pasos los hago el día anterior o la mañana del día que quiero consumir la tarta, ya que así me aseguro que va a espesar lo suficiente y que la tarta estará fría.
Por último, y cuando la tarta haya espesado la sacamos de la nevera y le echamos la mermelada previamente mezclada en un bol aparte con el zumo de limón (yo hoy he elegido mermelada de mora hecha por mis padres, así que?mejor imposible). El zumo de limón es importante, pero si no queréis que quede muy amarga, podéis echarle menos de la cantidad indicada en la receta, cada uno según su gusto, hasta que encontréis el punto.
Por último la desmoldamos (si hemos usado molde desmoldable), y si es un molde estándar la dejamos en él.
Llegados hasta aquí sólo nos queda decorarla con unos frutos rojos (preferiblemente frescos). En mi caso he elegido las moras, al igual que la mermelada. Este último paso también es opcional.
Este tipo de tarta la encontraréis semielaborada en cualquier supermercado, pero como comprobaréis cuando la hagáis, no se parece en nada a las compradas, y lo mejor de todo es que no os va a resultar nada complicado hacerla y quedaréis súper bien si tenéis invitados en casa u os toca llevar el postre a una comida o cena de amigos.
Espero que os haya gustado y bueno, ¡ya me contaréis qué tal!
Isabel
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