Para mí, un plan perfecto para un domingo, y que tanto nos gusta a los españoles, es salir a media mañana de cañas o vinos. Este fin de semana me acerqué hasta Madrid, yo vivo en la preciosa ciudad de Alcalá de Henares, a tan sólo 30 km de Madrid y que también es una ciudad ideal para hacer una escapadita de fin de semana y salir de tapeo por el centro, pero para variar de vez en cuando, está bien salir de tu zona y conocer otros lugares distintos o volver a aquellos que te han gustado.
Como es algo que no hago todos los días, siempre que me acerco a Madrid, mi destino es el centro, es decir, la Puerta del Sol, la Plaza Mayor, Latina, Gran Vía,? y como no, además de tomarnos una cañita con el tan típico bocata de calamares en un bar de los de toda la vida, no podemos no acercarnos al Mercado de San Miguel. Es un lugar que sin duda hay que visitar, su arquitectura, sus tapas, su ambiente, hacen que no nos quedemos indiferentes y que sin duda queramos volver.
El mercado de San Miguel se encuentra en la plaza del mismo nombre, muy cerquita de la Plaza Mayor, y su estructura actual se levantó a principios del siglo XX en lo que en época medieval había sido un mercado abierto. Es el último edificio de la llamada arquitectura de hierro que queda en Madrid, sin duda los soportes de hierro en la estructura es su rasgo más característico, pero no podemos olvidar observar la crestería cerámica de la cubierta o el acristalamiento exterior, obra que se realizó más tarde.
A finales del siglo XX, el mercado fue remodelado con la intención de que volviera a ser lo que había sido años atrás, pero este proyecto no tuvo éxito, debido a la imposibilidad de competir con las grandes superficies comerciales, por eso y hace tan solo 5 años debido al interés de unos cuantos particulares se reabrió como lugar gastronómico, lo que ha alcanzado un rotunto éxito y se ha convertido en lugar de obligada visita para todo aquel que venga a Madrid.
En el interior del Mercado de San Miguel tenemos una gran diversidad de puestos en los que poder comer de picoteo, beber algo, hacer la compra, o incluso tener asesoramiento gastronómico. Todo lo que en el mercado encontramos son productos de muy diverso tipo y de gran calidad, beber un gran vino, probar una sabrosa ostra, deleitarnos con un buen jamón de Jabugo, saborear la típica tortilla española, tomar una ración de pulpo a feira o endulzarnos con un rico pastel, son solo algunas de las viandas de las que podemos disfrutar.
Espero que este post os haya despertado la curiosidad y no dudéis en acercaros cuando podáis al Mercado de San Miguel, este mercado es ya un símbolo de Madrid, en el que hay gente durante todo el día y sin duda os dejará un buen sabor de boca.
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Isabel
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