Elegir el color negro para la cocina, siempre resulta una decisión arriesgada pero que puede tener un resultado espectacular...o no tanto. Por eso, hay que prestarle especial atención a los pequeños detalles, que pueden darle tanto un aspecto elegante y audaz, como sombrío y desagradable, así que es necesario tomar en cuenta ciertas cosas para no tener que arrepentirnos más adelante.
Los materiales de frentes y puertas de los muebles siguen siendo diversos, entre ellos los laminados, estratificados, lacados, cristal e incluso chapados de madera teñidos en negro y preferiblemente en acabados mate, que representa la tendencia más actual. En los casos de los acabados en brillo, los reflejos que emite el color negro, pueden dar la sensación de un ambiente muy recargado, por lo que su uso va a ser más limitado.
Las encimeras o superficies de trabajo formadas por el mismo material o color que los muebles, ofrecen un estupendo aspecto de bloque, pero no es la única altenativa. Las de acero inoxidable y el granito, cuarzo o porcelánico en tonos blancos o grises, aportan el contraste necesario en otros casos.
Otros puntos a tomar en cuenta son:
Las estancias tienen que ser amplias, luminosas y con los techos altos para que no se vea lúgubre. Si el espacio es pequeño, es mejor optar por colores claros.
Las paredes deben ser en blanco o negro o materiales como piedras naturales, mármol, ladrillo visto e incluso cuarzo.
Para los suelos se pueden elegir tonos blancos, grises o maderas claras preferiblemente.
No recargar con detalles ni otros colores que no sean neutros, solo lo indispensable, sobre todo cuando se trata de negro total.
Combinaciones decorativas con maderas no muy oscuras y metales como cobre y latón.
Sin tiradores, con sistema gola o si lleva tiradores, que sean en negro para evitar demasiado contraste que recargaría el conjunto.
Los electrodomésticos en negro o los integrables son la mejor alternativa, incluso la campana decorativa.
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