1 Grifos termostáticos. Con ellos se puede controlar tanto la temperatura del agua, como el caudal, evitando así el malgasto. De este modo, entre sus principales ventajas se encuentran:
- Son los modelos más eficientes, aunque también los más caros.
- Suponen una reducción del consumo eléctrico del 5% o más.
- Suelen llevar incorporados filtros de chorro para diferentes necesidades, reguladores de temperatura y caudal...
- Mejoran la usabilidad, pues no dejaremos el grifo abierto por miedo a perder el agua caliente.
2 Grifos monomandos. Son los más comunes pues, además de ofrecer buena eficiencia, son más cómodos y ofrecen más diseños. Sin embargo, en este caso tenemos que hablar de dos inconvenientes:
- El exceso de caudal por abrir el grifo hasta el tope. Aún así, esto se puede controlar con sistemas de tope o reguladores.
- La colocación del mando, que suele estar entre la fría y la caliente, en el medio, lo que hace que al abrirlo se encienda la caldera y consuma gas. Lo mejor es dejarlo siempre en la posición de frío.
3 Grifos de cierre mecánico o electrónicos, con los que te aseguras el mínimo consumo, pero que resultan poco útiles para un hogar. Los de cierre mecánico se cierran a un tiempo determinado, mientras que los electrónicos solo se accionan cuando pones las manos debajo. Así, son modelos muy caros y requieren de una buena instalación si queremos que sean prácticos.
Aquí podréis encontrar más consejos para ahorrar en casa...