1. Quemaduras. Estamos hartos de oír la necesidad que hay de proteger nuestra piel de los rayos del sol durante todo el año. Sin embargo, en los meses de verano esta necesidad se convierte en casi obligación, pues las consecuencias pueden ser dolorosas y tener graves consecuencias. Por ello, para empezar, es importante evitar tomar el sol en las horas centrales del día, cuando el sol está más alto, es decir, de 12 a 4 de la tarde. Por supuesto, debemos aplicar al niño una crema adaptada a su piel (si estamos en la playa o piscina habrá que hacerlo cada dos horas o cada que vez que se bañe) y protegerle la cabeza con una gorra o sombrero.
2. Golpes de calor. Uno de los problemas de salud que más se repiten en los meses de verano son los golpes de calor, pudiendo ser más leves (mareos, confusión, sudoración...) o más graves (con taquicardias, pulso acelerado...). En el primer caso los síntomas podrán desaparecer al ponerles a la sombra, hidratarles, descansar... pero, en caso de que sean más graves, habrá que acudir al médico o llamar a una ambulancia. Sin embargo, lo mejor va a ser prevenirlo y, para ello, evitaremos salir a la calle en las horas centrales del día, procuraremos que los peques estén siempre a la sombra, les cubriremos siempre la cabeza y les mantendremos hidratados continuamente.
3. Intoxicación alimentaria. El calor elevado puede provocar que algún producto alimenticio se estropee, por lo que hay que extremar las precauciones y, sobre todo, tener cuidado con ciertos alimentos, como el huevo, los productos crudos...
4. Las picaduras de los insectos. Lo mejor es evitar zonas húmedas, áreas con muchas plantas, zonas encharcadas, no olvidar restos de comidas, no encender las luces por la noche en la medida de lo posible... En cualquier caso, parece que los mosquitos siguen a los niños y, por eso, hay que estar precavidos, y tener a mano algún repelente o loción para prevenir las picaduras, así como un producto para aplicar en caso de que las haya, para reducir el picor. También podemos emplear un remedio natural, que es aplicar gotas de aceite de árbol del té en muñecas, tobillos y en la sien.
En realidad se trata de consejos que debemos tener en cuenta para todos, tanto adultos como niños, sin embargo, no debemos olvidar que los peques son mucho más vulnerables, y en nuestras manos está que pasen un verano seguro y lleno de diversión.
Aquí podéis encontrar más consejos para vuestro hogar...